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lunes, 10 de octubre de 2011

LA MISTERIOSA DAMA DE NEGRO

Hoy publico el Capítulo III de "El viaje" correspone al sábado pasado, pero he estado de viaje y no he podido disfrutar de WIFI, no sé cómo podíamos vivir sin esas cosas, como diría mi amigo Don Hilarión, el de la Zarzuela, no el de Eslava, que se dedicó a la ópera y no a la zarzuela, por cierto, eso me recuerda que una vez, uno, que era un poco bastante burro, había ido a una boda y un amigo mío le preguntó ¿Comisteis bien en la boda? Si, muy bien, contestó comimos un disco. No seas burro, cómo os van a poner una pizza en una boda. No, un disco, un disco, repetía el indivíduo por no llamarlo por si nombre. A ver, ¿Qué tenía esa comida? Preguntó mi amigo. Cigalas, gambas, pescado,...... Eso no es un disco, eso es una zarzuela de marisco. Pues eso, contestó, una zarzuela. Os juro que es verdad, no es un chiste.

Y ahora el capitulo tercero, ya se está poniendo más interesante.
     
                                                                          EL VIAJE

CAPITULO III
El día 21, sobre las 12, llamaron  al canal del Náutico de Ciudadela, encontraron amarre de casualidad, en las fiestas de S. Juan en Ciudadela, no cabe ni un alfiler, tuvieron suerte porque llegaron dos días antes, aún así, les asignaron amarre en el dique sur, con lo cual hay que dar toda la vuelta para llegar a los lavabos, pero bueno, por lo menos hay más tranquilidad.
Lara esperaba a su novio para el día 22 a la hora de comer, dijo que estaba muy cansada del viaje y que no se movería del barco, solamente quería dormir. Ricardo se encontró libre para ir a visitar a unos amigos. Volvería a la hora de cenar. Para dejar a Lara libre de molestias le dijo que si quería se llevaría a Cerbero, cosa a la que accedió y se encontró libre de compromisos. En animalito pareció enterarse de todo y se puso a saltar de alegría. Ricardo, al que gustaban los animales, se dio cuenta de que el perro era un capricho de la niña.

Por la noche, a eso de las nueve, llegó Ricardo con Cerbero al barco, Lara estaba recostada en el sofá, comiéndose un bocadillo con una cerveza y viendo la televisión. No había salido del barco para nada. Ricardo le preguntó si quería cenar. No, con este bocadillo tengo bastante, no soy de mucho comer. Dijo Lara y añadió luego, mañana, sobre el medio día vendrá mi novio, no queremos que se nos vea mucho, él es un poco conocido y pasaremos la mayor parte del día en el barco, tú puedes hacer lo que quieras, pero el día 23, si el tiempo lo permite, querríamos salir, como quedan siete días de alquiler, iremos a Túnez, allí desembarcaremos y tú quedarás libre, te pagaremos un suplemento por las molestias y el trayecto más largo.
Bueno, no era lo previsto pero tú pagas y tú eliges, yo ahora me voy a dormir, mañana, cuando venga la persona que esperas, si no hay ninguna novedad, yo estaré en casa de mis amigos y de fiesta, seguramente pasaré la noche en con ellos, si hubiese alguna novedad, ya tienes mi teléfono móvil. Vendré por la mañana y zarparemos al medio día, las previsiones son buenas y el veinticinco podemos estar en vuestro destino. Lo que no puedo es llevarme a Cerbero conmigo este día y medio, os tendréis que hacer cargo de él, le respondió Ricardo.
Dicho esto, se preparó un bocadillo y una cerveza y se fue al exterior a cenar y fumar allí. Le desagradaba el perfume o colonia de la niñata, como él ya se había habituado a denominarla, era un olor dulzón, en exceso, a jazmín.
A media mañana del día siguiente, se marchó de nuevo con sus amigos, Ciudadela ya hervía con los viajeros que habían llegado para las fiestas, antes de nada, pasó por las oficinas del club y les dijo que le preparasen la cuenta para el día siguiente, que se tenían que ir. Lamentaba no quedarse a la fiesta pero no era la primera vez que estaba, de hecho, normalmente Ciudadela para S. Juan y Mahón para la Virgen de Gracia en Septiembre, eran charter casi seguro.

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