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jueves, 11 de julio de 2013

NUEVAS PRUEBAS (El afilador Capítulo XIV)

El capítulo XIV, esto está llegando al fin, nuevos sospechosos.
Ricardo ha descubierto algo importante.
Las investigaciones toman otro rumbo, ya no es importante buscar sospechosos, ahora parece mejor descartar inocentes.
Y ahora..............

EL AFILADOR

Pedro Fuentes


CAPITULO  XIV



El apartamento estaba en un bloque bastante alto y a unos seiscientos metros del paseo por el que pasaba la carretera de la playa, por donde apareció la moto de Anselmo.
Era un pequeño apartamento de una habitación y una cocina americana con un saloncito  y una terraza bastante grande para lo que era la vivienda.
El ex marido estaba esperando, guardaba unas llaves que su ex le había dejado por si ocurría algo.
Una vez en el apartamento, no encontraron nada de particular, éste estaba bastante desordenado, en el fregadero reposaban un par de platos y cubiertos sin lavar, en la cocina, se encontraba una cazuela con un guiso ya echado a perder. Todo lo demás estaba más o menos en orden. Los policías que los acompañaron, expertos en pruebas, examinaron todo y recogieron alguna cosa que pudiese indicarles ADN o pruebas de terceros.
Algo llamó la atención de Ricardo encima del mueble del comedor, se acercó, cogió una foto en la mano y llamó a los dos amigos.
¡Mirad! ¿Veis la foto bien?
Si, dijo José Miguel, es ella con un perro.
¿Sabe si este era su perro?
No, No ha tenido nunca perro, cuando vivía conmigo imposible, les tengo alergia.
Este perro es Pibe, dijo Ricardo.
¿Estás seguro?
Veo a Pibe cada día, es inconfundible, los que entendemos de perros sabemos que no hay dos iguales.  
¿Sabe si vivía sola o tenía alguna relación? Preguntó el policía.
No, no lo sé, alguien me había comentado que a veces la habían visto acompañada pero no por una persona habitual.
Ya sabe cómo es la gente, cuando hay una separación te vienen con comentarios para ver si reaccionas de alguna forma rara.
Si hubiese tenido una pareja estable, ella misma me lo habría comentado.
Bueno, dijo el comisario, no parece que podamos encontrar nada, hablaré con el juez para informarle y seguramente le llamaré la semana que viene o la otra para que puedan vaciar el apartamento.
¿Sabe si hay testamento o algún seguro de vida?
No, no hay nada de eso, de hecho yo era la única persona que tenía en el mundo.
Hemos recogido varias cosas para pruebas de ADN, cabellos, colillas que había en los ceniceros, y nos llevamos también esta foto, esperamos devolverla lo antes posible.
Se despidieron y los policías se metieron en un coche y los amigos en otro.
¿Dijo el forense a qué hora ocurrió el asesinato? Preguntó Ricardo.
Si, entre las 21 y las 22.
¿Había cenado ya?
No, no había cenado, no tenía más restos de digestión que una bebida isotónica que iba tomando mientras corría y que se encontró medio vacía cerca del cuerpo.
¿Y no hubo señales de lucha?
Si, pero muy poca, el asesino debía estar agazapado por entre los matorrales y la sorprendió y rebanó el cuello sin ningún forcejeo, no le dio tiempo ni a gritar.
O sea, fue una persona fuerte y alta, le debió salir por detrás, la levantó por la cintura y le cortó el cuello de izquierda a derecha. ¿Había huellas de él?
Si, unas zapatillas de deporte corrientes de la talla 43.
¿Iguales en los tres casos?
No lo sabemos seguro, los dos primeros asesinatos ocurrieron con el suelo muy seco.
¿A dónde quieres ir a parar? Dijo José Miguel.
Bueno, en principio el asesino no era mujer, primero porque las mujeres no utilizan el cuchillo para matar.
El asesino es alto, fuerte y sabe manejar el cuchillo, ya que lo empuñó de dentro a fuera, si hubiese sido al revés no la podría degollar como lo hizo, sería seguramente un cuchillo de unos treinta centímetros de hoja y muy afilado, cosa que ya habrán dicho el forense y los especialistas y al ser por detrás, seguramente no se manchó de sangre ni los zapatos. Pero si el  brazo izquierdo, con el que tenía rodeado el cuerpo de la mujer.
No me extrañaría que hubiese pertenecido a algún comando especial.
¿Y? Dijo el Pedro.
Que podremos empezar a eliminar sospechosos, Ya que no hay pruebas, quizás sea más fácil eliminar sospechosos que buscar asesinos, por lo menos mientras no haya pruebas.
No creo que tenga en su poder una prenda tipo anorak que por mucho que la lave siempre quedarán huellas de sangre y seguro que tampoco tendrá las zapatillas que se manchó de barro. Pero quizás sería bueno buscar por contenedores ropas de ese tipo o cenizas.
Volveremos a los alrededores del tercer crimen pero ya hicimos una buena batida y no apareció nada.
¡José Miguel! ¿Podrías pedir informes de todos los sospechosos?
Esta hecho, ninguno de los sospechosos tiene antecedentes, faltan de Domingo, alias Dominic, los hemos pedido a la Interpol.
Más de las seis de la tarde cuando los amigos decidieron queda para el día siguiente.
¡Pedro! Me voy a pasear a Trouvé y a darle vueltas al asunto, ¿Te vienes? Dijo Ricardo.
No, tengo los artículos atrasados y además quiero pasar a limpio todos los apuntes.
Nos veremos mañana.




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