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sábado, 27 de enero de 2018

Miss Daisy




Hemos aumentado la familia


Desde hace 15 días ha aumentado la familia, ha llegado a casa una perrita Teckel de tres meses y medio.



Cuando murió Linda, una caniche de casi 17 años, decidimos que ya no tendríamos más perros, habíamos tenido a la mejor perra del mundo, pero……
Hace unos días, después de pasar por una gripe. Pensé: Cuando Linda vivía, había que sacarla a pasear a las horas que fuesen, con frío, lluvia e incluso nieve, y no me enfriaba, ahora, que me levanto tarde, que me cuido, que duermo mucho, lo pillo todo.
Cuando este comentario se lo hice a mi hija Marina, me dijo: ¿De verdad quieres un perro? Pues he encontrado una perrita en Huesca que te gustará, te envió unas fotos.
A la semana siguiente fuimos a buscarla.

Se llama Miss Daisy porque pensé: Tendré que salir a pasearla, así que yo estaré “Paseando a Miss Daisy”

miércoles, 24 de enero de 2018

LUCÍA

Un nuevo capítulo de Lucía, aquella muchacha a la que llamaron "La muchacha de una sola pierna" Relato que se puede leer en este mismo blog. Ahora contada desde el principio de la historia, con la desagradable situación por la que se vio obligada a dejar el pueblo donde nació y había vivido hasta entonces y marchar a la capital para intentar empezar una nueva vida.


Y ahora...............


LUCÍA 

Pedro Fuentes

Capítulo  XVIII


Llegó al hospital y subió a la planta donde estaba su madre, no iba nada animada, le costaba llegar, quería a su madre que además se había dedicado toda su vida a sacarla adelante, pero no era una mujer nada expresiva, era incapaz de decirle una palabra cariñosa, encima, los últimos días, desde que se había enterado de su historia con Ricardo, agravado con su trabajo en un bar de alterne o de “putas” como ella decía, no había forma de hablar con ella ni que ella le comprendiese en lo más mínimo, para su madre la vida era así, o eras como dictaban las normas o eras una pecadora, quizás a otras personas las hubiese perdonado, incluso a su prima la hubiese comprendido o aceptado, pero a ella, a su hija, a ella no, su hija era una pecadora.

No es que fuese Engracia muy religiosa o una beata, que no lo era, no había sido nunca, era el qué dirán, era de esas personas que de los diez mandamientos le sobraban nueve, el pecado era el sexo.

Antes de entrar en la habitación, la enfermera habitual, se cruzó con ella y sonriendo le dijo:

Ha pasado el doctor, ha dicho que mañana saldrá, que todas las constantes son buenas y goza de muy buena salud.

Si, pero ahora entraré yo, dijo Lucía y verás como parecerá que se esté muriendo.
Esta mañana he estado en la habitación un rato, me he sentado al lado de ella y me ha estado contando tu vida y milagros, a mi no me importa en absoluto lo que hagan las personas, a ti te veo como una mujer adulta que sabes lo que haces y no ye preocupa lo más mínimo los comentarios de tu alrededor, y lo veo muy bien, tu vida es tuya y solamente tuya.

Si, pero ¿Tú sabes lo que es vivir con una persona así que te machaca constantemente?, es imposible, ya no tengo ganas ni de venir a verla, si no fuese porque es mi madre, desaparecería y no la volvería a mirar a la cara.

Va, venga, anímate, piensa que está aquí encerrada y aburrida, verás como cuando llegues a casa todo irá mejor.

Lucía le sonrió ligeramente y marchó para la habitación. Su madre estaba sentada mirando por la ventana, ya no llevaba ni gotero ni estaba conectada a ningún aparato.
¡Hola! Madre dijo y se agachó para besarla en la mejilla, su madre se quedó estática sin mover ni un solo músculo y le dijo un hola que pareció un adiós.

¿Te ha dicho el médico que mañana nos vamos a casa?

Si, ya me lo han dicho, luego, a la tarde recoges todo lo que puedas y así mañana iremos más de vacío.

Esta mañana he ido a comprar para el domingo cuando venga Rosario a comer.
Supongo que ahora empezarás a ir a ese sitio por las noches, te habrá faltado tiempo para decirle que pronto irás, no me explico como Genaro se ha metido en esos negocios y encima meterte a ti también, claro que con la vida que lleva….., ya se tuvo que ir del pueblo por los escándalos que dio con un forastero que vino destinado allí, claro, que el otro, como no lo conocía nadie, se quedó hasta conseguir otro destino, hasta tu padre, su hermano, dejó de hablarle, al poco tiempo murió, yo creo que del disgusto.
Mi padre murió de un accidente con un tractor.

Si, pero seguro que iba distraído preocupado con lo que había pasado.

Pues cuando el hijo de puta del notario nos echó del pueblo, bien que recurriste al tío Genaro, que si no llega a ser por él, a saber que hubiese  sido de nosotros. Además, ya te hemos dicho todos que aquello es un bar normal y corriente, solo que abre por las tardes y está atendido por camareras que no se van acostando con los clientes.

Pues tú fue lo primero que hiciste y seguro que lo metiste en mi casa  en mi ausencia.
Ricardo tiene su piso aquí cerca y gracias a él yo he podido estar arriba y abajo porque me ha llevado en su coche.

Sí, también el otro te estuvo llevando en su coche y quien sabe si tú no te insinuaste.
A Ricardo lo quiero y me gusta, además, si cuando termine la mili se marcha y no lo volveré a ver, me quedará su recuerdo. Piensa en una cosa, si cuando se marche me dice que me vaya con él, no me lo pienso, ni siquiera cojo ropa interior, ni te aviso, me marcho con él al fin del mundo, ya estoy más que harta de que me trates como una puta cuando he estado atendiéndote en cada momento y encima a mi tío Genaro, que ha sido el único que te ha ayudado, lo tratas de maricón para arriba cuando a ti no te debe importar lo que hagan las personas en su vida privada.
Me voy a fumar a la calle, piensa un poco en lo que te he dicho y espero que recapacites. Se puso el abrigo sobre los hombros, sacó del bolso un paquete de LM y una caja de cerillas y salió por la puerta de la habitación apresuradamente para que su madre no viese las lágrimas que aparecían en sus ojos.

Cuando salió al pasillo, la que si la vio, fue la enfermera con la que había hablado a su llegada

¿Qué te pasa, Lucía?

Nada, lo de siempre, que no tolera que tenga un amigo, me echa la culpa de todos sus males y encima, como trabajo de camarera en un bar de copas dice que soy una puta. Tengo veinticuatro años y jamás he salido con ningún chico en serio, ahora que tengo un amigo que si no fuese por él, no aguantaría lo que estoy pasando con mi madre, me dice que soy una perdida y que no perdonará jamás que nos fuésemos del pueblo y que la gran ciudad me está devorando, porque hasta según ella, fumo.
¿Os tuvisteis que ir del pueblo?

Si, yo  tenia 19 años cuando pasó todo….., Lucía le hizo un breve resumen de lo que ocurrió con Antonio y su padre.

¡Jesús! Menuda vida, ¿Y no pudiste hacer nada?

No, esa gente tiene mucho poder en el pueblo y el sargento de la Guardia Civil estaba de su lado y nos metieron el miedo en el cuerpo.

Gracias a mi tío que me consiguió un trabajo en su bar, donde lo único que pasa es que está atendido por camareras y tenemos comisión por las rondas que consumen, ella dice que estamos practicando la prostitución. Y como encima, el único que nos ha ayudado, mi tío, que es homosexual y se tuvo que marchar del pueblo por eso, mi madre dice que somos todos unos perdidos.

¡Jesús! ¡Jesús! ¿Y todavía pasan esas cosas en los pueblos? Antes de irte, te voy a dar mi teléfono y dirección por si algún día necesitas algo. Yo vivo en un piso con tres amigas que en su día vinimos de diferentes sitios a estudiar y nos quedamos aquí para no tener que dar explicaciones a nadie y no estar atadas a falsos convencionalismos.
Bueno, me voy a fumar a la calle para despejarme.

Y yo voy a pasar por la habitación de tu madre para ver cómo “respira”.


Lucía entró en el ascensor con el cigarrillo ya en la boca y una caja de cerillas en la mano esperando para encender el pitillo nada más salir en la planta baja.


miércoles, 10 de enero de 2018

DECÍAMOS AYER

Volvemos hoy con la continuación de este relato de la vida de Lucía, una muchacha que se vio obligada a marchar a la gran ciudad, marcada por las malas lenguas de unos paisanos que no lograron hacer de ella lo que querían. En los capítulos anteriores, podéis conocer los capítulos anteriores.

Y ahora........


LUCÍA

Pedro Fuentes

Capítulo XVII



Cuando Lucía se quedó sola, pensó:
Bueno, no me apetece meterme sola en casa, es temprano, me voy a acercar al bar a charlar un rato con mis compañeras y con Pepe.
Estaba llegando a la Glorieta de Iglesias, así que tomó Eloy Gonzalo hasta Quevedo, eran las ocho y media de la tarde, hacía mucho frío, se subió el cuello del abrigo, se apretó la bufanda y marchó con paso decidido.
Cuando llegó a Magallanes, a la puerta del “Wayquiqui”, tiró de la puerta y abrió, una nube de humo de tabaco le dio en la cara y le irritó los ojos, dio un paso hacia dentro y al verla las tres muchachas y Pepe pensaron que lloraba, una exclamación salió de sus bocas pensando que traía malas noticias, dejaron lo que estaban haciendo y salieron de la barra para abrazarla, cuando Lucía se dio cuenta del pensamiento de sus compañeros, sonrió y les dijo:
No son malas noticias, al contrario, es el humo del tabaco que ya no estaba acostumbrada.
Las cuatro muchachas se abrazaron al unísono, Pepe se quedó un paso atrás esperando su momento, los clientes que la reconocieron se alegraron de verla de nuevo, ahora ya la conocían como Lucía “la encargada”, aquella chica seria pero leal y de trato agradable. Pepe cuando llegó su turno le dijo:
¿Qué tal, Lucía, como va todo?
Bien, mejor, este fin de semana la enviarán a casa y la vecina me ha dicho que ella la cuidará mientras yo vengo a trabajar.
Entraron a la barra y cada una de las muchachas siguió con lo que estaba cuando llegó Lucía, Pepe la cogió de la mano y estiró de ella hasta hacerla llegar al final de la barra, donde no había nadie, allí pudieron mantener una conversación sobre la enfermedad de la madre y el estado de ánimo de la hija, también preguntó por Ricardo, que no había llamado desde hacía unos cinco días.
Bueno, son los últimos días antes del fin de semana que juran bandera y los tienen más ocupados, hasta el domingo por la tarde no sale del campamento y luego tendrá una semana de permiso hasta incorporarse a su unidad, según me dijo, luego tendrá más tiempo libre. Dijo Lucía.
Parece un buen chico, no me gustaría que te hiciese daño.
No, Pepe, yo ya se el final de esta historia, estoy preparada para ello y no me hará más daño que el de una despedida como amigos, es bonito mientras dure y aprovecharé la felicidad ese tiempo, sé que somos de mundos  diferentes y que él se tiene que ir, pero es tan bonito cuando estamos juntos.
Bueno, Lucía, veo que lo entiendes y que estás hecha a las circunstancias.
Nuestro mundo está lleno de prejuicios, las gentes no piensan nada bueno de nosotros y no admiten las circunstancias que nos traen a este ambiente, se aprovechan de nosotros, viven de nosotros y con nosotros, pero no esperan que salgamos de detrás de la barra. Antes de conocer a “Geny”, yo tuve varias relaciones, pero éstas no querían sino un rato de placer, mientras todo fuera en las penumbras y a escondidas, no había problemas, en nuestro mundo hay mucha promiscuidad, casi nadie quiere ser de una sola persona y o te adaptas a eso o tienes que vivir solo y sin amor, yo he tenido la suerte de encontrar el amor de mi vida y él también, pero lo normal es vivir solo y desesperado. Si tú comprendes eso y sabes que lo tuyo con Ricardo ha tenido un principio y un final, búscate unas metas para cuando esa bonita historia termine.
Si, Pepe, lo se, el final de la historia de  Ricardo y yo se acerca, pero pienso exprimir este tiempo que nos queda hasta el último momento. Mi madre dice que soy una puta porque mantengo esta historia con un hombre sabiendo que no hay futuro, dice que somos unos amantes, que soy la querida de Ricardo, pero no me importa lo que diga, cuando estoy con él, abrazada a él y sintiendo sus besos y caricias, soy la mujer más feliz de este mundo y que solamente de sus recuerdos podré vivir el resto de mi vida y no me importará lo que digan de mi, y si antes de que llegue el fin de mi vida, noto que su recuerdo ya no me hace vibrar, será el momento de planteárselo de otra manera.
Veo que tienes claros tus sentimientos, sigue adelante y se feliz mientras puedas al fin y al cabo la felicidad son breves momentos rodeados de bellos recuerdo.
En fin, dijo Pepe, espero que sepas lo que hacer en cada momento y cuando llegue el día del adiós, sepas que ha llegado.
Así el lunes ¿ya puedo contar contigo?
Si, según me ha dicho el cardiólogo, el sábado nos iremos para casa, quizás pueda venir ese mismo día, pero como mi madre está tan rara, esperaré a que se serene un poco. Por cierto, el domingo ha quedado en venir a casa Rosario, una prima segunda mía, amiga además del pueblo y sobrina de Geny, me la encontré en la calle, se vino del pueblo después que yo y está aquí sirviendo, se empeñó en ir a ver a mi madre y vino a la residencia, mi madre, que está cabreada conmigo, le hizo un gran papel, ya veremos que  pasa el domingo.
A lo mejor, dijo Pepe, pero lo mismo le da por ponerla contra ti y entre las dos te hagan la vida imposible.
Yo espero que mi prima esté de mi parte, Rosario ya el otro día estuvo hablándole en mi defensa y haciéndole ver que los tiempos han cambiado.
De todas las formas, coméntale esto a Geny y seguro que él le dará un repaso a tu madre, el otro día en el hospital, le habló muy bien y la dejó suave. Asimismo, procura hablarle al cardiólogo por si eso fuera un problema para su corazón.
Ya lo he hecho, me ha dicho que yo tengo que hacer mi vida y que mi madre intentará ahora hacerme un chantaje emocional, que si se pone a llorar, no me preocupe y si veo que le suben las pulsaciones, yo le diga que tenemos que volver al hospital, con el miedo a tener que volver y quedarse diez o quince días y dejarte sola, mejorará automáticamente.
Bueno, Pepe, me voy para casa, ya te llamaré y diré algo, en cuanto vengamos a casa.
Pasaron por el lado de fuera de la barra y Lucía se fue despidiendo de sus compañeras.
Cuando salió a la calle, el frío le dio en la cara, se apretó la bufanda, se puso los guantes y subió el cuello de su abrigo, apretó el paso, llegó hasta la  glorieta de Quevedo y subió por Eloy Gonzalo hasta Juan de Austria y empezó a bajar, prefirió ir por ese camino, por la noche, siempre hacía ese recorrido, era el más iluminado y transitado.
Cuando llegó a su casa, llamó a la vecina por si había novedades. Nada, todo seguía igual.
Le comentó a la vecina que todo seguía bien y que seguramente llegarían el sábado por la mañana.
Cuando se quedó sola, ya en su casa, se preparó un poco de cena, luego se encontraba tan cansada que se metió en la cama y durmió hasta que es despertador le llamó, eran las ocho, arregló un poco la casa, y fue a comprar al mercado de Olavide cuatro cosas por si el sábado venía su madre, tener algo para comer y para el domingo atender a su prima Rosario que vendría a comer.
Le encantaba ir al viejo mercado de Olavide, ya por poco tiempo, pues se hablaba de que lo iban a tirar.
Para Lucía había dos cosas que le daban carácter a aquella parte del barrio, el mercado de Olavide en la misma plaza y Las Hermandades del Trabajo en la calle Juan de Austria lugar donde se reunían por las tardes trabajadores de todas las especialidades para hacerse compañía disfrutando con sus hobbies. Ella y su madre aprovechaban para ir a comer algunos domingos allí, era limpio, barato y acogedor.
Cuando tuvo todo comprado, cogió algo de ropa para muda, para su madre y marchó andando hasta la plaza de Emilio Castelar, donde cogería el autobús. Parecía que alargara el tiempo de llegar a La Paz, ya sabía el panorama que se encontraría.
El día era frío, pero el sol estaba en todo lo alto y apetecía andar. Llegó a la parada del autobús y a los tres minutos pasó éste, a aquella hora no había mucha gente y se pudo sentar. Lo hizo,  al lado derecho, el de la acera y estuvo todo el viaje relajándose viendo a la gente que pasaba.


miércoles, 3 de enero de 2018

FELIZ 2018


FELIZ 2018


Después de esta larga pausa, necesaria para centrarme e investigar en la nueva etapa que quiero desarrollar, vuelvo a este blog, dispuesto a seguir el contacto con todos vosotros.

En la actualidad, estoy escribiendo dos novelas, que me están dando más trabaja del que esperaba, además sigo con los relatos pequeños y grandes como los que he publicado hasta ahora.

El próximo capitulo que publique, sera LUCÍA  Capítulo  XVII y será el día 11 de Enero, seguiré publicando, pero ahora cada quince días, los que no conozcan esta obra, pueden consultar en el blog los capítulos anteriores y los que no la recuerden, del mismo modo pueden
hacerse al día.

HASTA PRONTO, AMIGOS.