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jueves, 14 de febrero de 2013

LA TANGANA Y BALADA TRISTE (R)


Hoy tenemos dos relatos, el primero más que relato es una crónica de un partido de futbol en La Palma, es totalmente real y no tiene nada que ver con los relatos que se publican en este blog, pero me pareció bueno relatarlo para escarnio de tanto violento que hay en el futbol no solo aquí sino a nivel mundial.

Dedico este relato a mi amigo Vicente y tantos forofos despertigados por todos los campos de futbol y sobre todo a esos idealistas que se juegan la vida en muchos campos desarrollando la abnegada labor del árbitro.

Con este relato empiezo una serie que yo llamo "RELATOS PALMEROS", alguno ya publicado y otros nuevos, los nuevos irán en primer lugar y los ya publicados lo serán en segundo lugar y con (R), ahora recuerdo cuando en mis tiempos de chaval y algo más, las películas llevaban una calificación moral, 1, 2, 3R y 4, la R de mis historias son de (Repetición) y no de "gravemente peligrosa".

"Balada triste" es un clásico relatos de los "que cada uno piense qué ocurrió".

Y ahora.......

LA TANGANA
Pedro Fuentes

Temporada 1983/84, Tercera División Nacional de Fútbol, Grupo XII. El partido más violento de la Liga española lo disputaron la S.D. Tenisca y la U.D. Mensajero, los dos de La Palma y máximos rivales desde 1.922. Pero antes de llegar a aquel partido, el día 3 de Octubre de 1.983, vamos a analizar qué sucedió y por qué se llegó a aquella situación.
La Sociedad Deportiva Tenisca se fundó en 1922 y me remito a las crónicas que dicen:
“La fundación del club se gestó en las escalinatas de la Plaza de San Francisco, en Santa Cruz de la Palma, cuando un grupo de jóvenes decidieron crear el Tenisca Club Balompié. Sus nombres eran: Antonio Pérez Castro, Juan Antonio Hernández Toledo, Blas Pérez Casañas, Luis Rodríguez Hernández, Félix Pérez Casañas, Sergio Arrocha Martín, Celestino Hernández Acosta, Nicolás Cabezola Perera, José Arrocha Rodríguez y Domingo Calero Labesse.
Se eligió la denominación de Tenisca para el nuevo club por ser el nombre de una princesa benahoarita; el nombre fue planteado por Luis Rodríguez Hernández.”
Al poco tiempo de su nacimiento, ya hubo sus más y sus menos, a consecuencia de los cuales, un grupo se separó y los escindidos crearon el Mensajero. Las rencillas y piques entre ellos, existieron durante toda la vida, pocas parejas llegaron al matrimonio siendo cada uno socio de un club diferente,  era la versión moderna de “Montescos y Capuletos”.
Se cuenta que el primer partido que jugaron el Tenisca contra el Mensajero y recalco el contra, fue el 13 de Julio de 1924 quedando empatados a 0. El Mensajero planteó un partido a lo “supercadenaccio”, los once jugadores se metieron debajo de los palos de la portería y no hubo forma de que pudiesen marcar los del Tenisca, la verdad es que no he podido conocer a nadie que me explicase qué hizo el árbitro, qué los jugadores del Tenisca y qué el público, pero creo que con esos ánimos pudo armarse la “gorda”.
Un mes más tarde jugaron de nuevo y el resultado fue de 6-1 a favor del Tenisca.
Las crónicas comentan que entre 1926 y 1930 no se disputaron partidos de futbol en Santa Cruz, todo ello debido a:  (copio textualmente de Wiquipedia)
“A partir de 1926, y casi hasta 1930, se jugará poco al fútbol en Santa Cruz de La Palma. La causa parece haber sido la frecuente dureza con que se empleaban los jugadores y que ocasionó más de una grave lesión, amén de grandes polémicas populares en contra del fútbol.”
Temporada tras temporada, cuando coincidían en la misma categoría, los partidos entre Tenisca y Mensajero eran de alto riesgo.
Yo había ido alguna vez con mi padre y algún hermano al viejo campo del Bajamar, creo que en mi vida vi un par de veces un Tenisca-Mensajero y la verdad no recuerdo la violencia que aquellos partidos generaban.
No era muy seguidor del futbol en general y ni de aquel en particular, de aquellos partidos recuerdo vagamente dos cosas, una que me pasaba el partido esperando saliese el balón por el lado de la carretera, porque eso era caer al mar, siempre había allí chicos dispuestos a ganar algún duro por tirarse a recogerlo, la otra era una especie de magdalenas con pasas, no recuerdo como se llamaban, que mi padre me compraba.
Por cierto, si alguna vez mi padre me reñía me vengaba diciéndole que me hacía del Mensajero, lo peor que le podía decir a mi padre. El era del Tenisca. Cuando perdía llegaba a casa enfermo.
Todo ello hacía que se fuese caldeando cada vez más el ambiente para los partidos de máxima rivalidad, no ibas a comprar a una tienda por su mayor calidad, ibas por si era del Mensajero o del Tenisca. Cuando los críos jugaban al futbol, yo jugaba, de crío, en la plaza de Santo Domingo, no jugaban al futbol, se jugaba  al “Mensajero-Tenisca”.
Cuando ganaba uno de los dos, en su local social había baile, en el otro apagaban las luces y se dedicaban a mirar por detrás de las cortinas, no sé qué pasaba, pero no me extrañaría que llorasen amargamente.
Después de aquellas refriegas en el campo de futbol, en las casas de los perdedores aquella noche no se cenaba o se cenaba a escondidas del o la forofo. Digo “del o la” porque había también muchas seguidoras de ambos equipos, según he averiguado, el partido de 1983 condujo a varias parejas a la separación.
A continuación copio íntegramente la crónica del partido publicada en el diario “El País” de 7 de Octubre de 1.983.
“El partido Mensajero-Tenisca, de la Tercera División canaria, disputado el pasado domingo, fue considerado por miembros del Comité de Competición como uno de los encuentros más violentos disputados hasta ahora en el fútbol español. Un total de 48 encuentros de suspensión merecieron sus incidentes. El partido de estos dos equipos, que pertenecen a la misma ciudad, Santa Cruz de La Palma de unos 15.000 habitantes, estuvo rodeado de. Circunstancias muy especiales. El árbitro del partido, Gilberto Casañas, de Santa Cruz de Tenerife, aseguró que cada una de las peñas con que cuentan los equipos se jugaron dos millones de pesetas en una apuesta. El colegiado contó que los aficionados de la peña del Mensajero dieron también de ventaja el empate a sus contrincantes. También indicó el árbitro que se filmó el partido en un vídeo por un fotógrafo profesional, que después puso a la venta y que se proyectó al día siguiente en algunos bares de la ciudad. En esa proyección se repitieron los incidentes entre los partidarios de uno y otro equipo. Comentó, además, tener noticias de que algunos matrimonios no se hablan durante algún tiempo al dividirse sus simpatías por uno y otro equipo. Gilberto Casañas recordó que el partido de vuelta se disputará el día de los carnavales y "puede ser sonado".
Gilberto Casañas, árbitro tinerfeño de Tercera División, categoría en la que es veterano por las temporadas que lleva en ella, manifestó: "el follón empezó desde el primer minuto del partido, en el que se pudo comprobar la rivalidad de dos equipos de la misma ciudad que hacía dos años que no se enfrentaban al no pertenecer a la misma categoría. Me aseguraron que el Mensajero se reforzó de tal forma que se gastó unos 50 millones de pesetas en nuevos fichajes. En la ciudad se habla de que el entrenador del Mensajero, Moncho Lamelo, percibe unos cinco millones de pesetas por temporada. Los aficionados de uno y otro equipo están todo el año pensando en este partido. Tenía que haber expulsado a casi todos los jugadores de los dos equipos, pero no lo hice porque entonces yo y mis jueces de línea no hubiéramos salido vivos del campo; hubieran quedado en el terreno de juego sólo tres jugadores, los dos porteros y un defensa del Tenisca, que no se merecieron la expulsión. Expulsé a dos jugadores, uno de cada equipo, porque no tuve otro remedio, porque se agredieron".
El partido, cuyo resultado final fue de empate a un gol, concluyó con el tiempo reglamentario, aunque durante el encuentro se produjeron incidentes entre jugadores y el público intentó en más de una ocasión saltar al terreno de juego. El partido fue interrumpido en dos ocasiones, por espacio de cinco y diez minutos, porque el jugador del Mensajero, Márquez Fernández, se negó en principio a salir del terreno de juego después de que fuera expulsado y provocara la animosidad del público.
Los incidentes más graves se produjeron al finalizar el partido. El público invadió el terreno de juego con la intención de agredir al árbitro. El colegiado no recibió más que puñetazos y patadas gracias a la intervención de la Policía Nacional. Fue en esos momentos cuando los jugadores y dirigentes sancionados también participaron en los incidentes. Los jugadores y dirigentes han sido castigados con un total de 48 partidos de suspensión y a un directivo se le ha suspendido con seis meses de inhabilitación. Las sanciones se deben a insultos graves y reiterados, en unos casos, y pegar al árbitro y a sus jueces de línea, en otros. .
El árbitro del partido abandonó el campo en un furgón de la Policía Nacional. "Me dirigí a la comisaría, donde permanecí hasta las dos de la madrugada, hora en que pude trasladarme a la casa de un amigo, donde me escondí para pernoctar. No podía viajar en avión a Tenerife hasta la mañana siguiente", contó Gilberto Casañas. "A la mañana siguiente" añadió el árbitro, "fui trasladado en un coche de la Policía al aeropuerto, donde me fueron a buscar un grupo de aficionados. La Policía me llevó entonces a la comisaria del aeropuerto y no me dejó hasta que subí al avión que me llevó a Tenerife".”
Después de todo lo comentado, me río de los “derbis” famosos del futbol, léase Real Madrid-Atlético de Madrid, Betis-Sevilla, Barcelona-Español, aunque creo que entre la política, la crispación, la mala educación y  muchos periodistas que por vender abusan del enfrentamiento de los seguidores, se está convirtiendo el fútbol en opio para el pueblo y algún día nos arrepentiremos.
No me gusta el futbol por todo lo que conlleva, la última vez que fui a un campo, eran críos de categoría infantil y oí, yo, sin que nadie me lo contara, y no fue en La Palma, cómo un padre le gritaba a su hijo:
 “Dale una patada y rómpele la pierna.”
Y a otro:
“Arbitro, hijo de p……, c……….”
Sigo amando a mi tierra, La Palma, y espero que por este relato no me vayan a declarar “Persona nom grata”
FIN
NOTA.-Para este relato, y para mayor veracidad, he tenido que recurrir a varias fuentes a las que quedo agradecido, como:
Wiquipedia.
Diario El País.
Blogg del Sociedad Deportiva Tenisca y Unión Deportiva Mansajero
Blogg del Unión Deportiva Mansajero y Sociedad Deportiva Tenisca
O al revés para que nadie se enfade.

BALADA TRISTE
Pedro Fuentes

CAPITULO I
Era un otoño con todo su esplendor en parque del Retiro de Madrid, la mañana no era fría, pero sí algo húmeda y había una insinuante neblina, Rodrigo y Carmela estaban sentados en un banco, por entre los árboles de detrás de ellos, ya sin hojas se filtraban unos tímidos rayos de sol que realzaban las pequeñas gotas de agua que contenía el ambiente.
Rodrigo pasó de estar sentado a poner una rodilla en tierra delante de Carmela y cogiéndole la mano derecha le dijo:
Te quiero, Carmela, te he querido desde el primer día que te vi aquella mañana cuando nos cruzamos en la calle Eduardo Dato, desde entonces no he podido dormir sin pensar en ti, Carmela. ¿Quieres casarte conmigo? Y llevándose su mano a  los labios, deposito un tierno beso en ella.
Carmela, mientras se levantaba le dijo:
Si, Rodrigo, yo también te he querido siempre, por ti cambié mi vida y por ti viviré el resto.
Se fundieron en un abrazo y sus labios sellaron aquel momento mientras la cámara retrocedía lentamente y el director gritó: ¡Corten! ¡Fin del rodaje! Mañana a las ocho, en el estudio repetiremos una escena que no me gusta como quedó.
Mientras se dirigían a la roulotte para desmaquillarse y cambiarse Angel (Rodrigo) le dijo a Susana (Carmela):
No me esperes a comer, he quedado con Felipe para leer aquella obra de teatro que me dijo que a lo mejor montábamos.
Bueno, vale, así aprovecharé para ir a ver a Mercedes que creo que va a hacer algo y necesita gente.
Angel y Susana llevaban tres años compartiendo sus vidas y su profesión de actores, las cosas hasta ahora no habían sido nada fáciles, mucho sacrificio, algo de teatro en papeles secundarios, publicidad algún papel de figurante en películas.
Esta película que terminando de rodar, “El amor siempre llega” era el primer papel serio de Angel, un actor que ya había cumplido los treinta y dos. Susana había trabajado más, tenía una bonita voz y bailaba muy bien, por lo que había participado en varios musicales. Pedro era más bien de teatro, pero salvo las obras que interpretaba en provincias con compañías semi amateurs. Ahora parecía que la cosa iría mejor.
Cuando ya marchaba, Mateo el director le salió al paso y le dijo:
Angel, quisiera comentarte una cosa que me he dado cuenta, y como te conozco desde hace algún tiempo y te considero amigo, me veo autorizado para decírtelo.
Dispara, comentó Angel.
La última escena ha quedado muy bien, ha convencido y luego, con el decorado, que nos ha favorecido, el travelling final ha sido perfecto, pero, ¿Por qué simulaste el beso en la mano y el final con tu mujer?
Chapó, por eso eres director. Pues mira, la cosa no va muy bien.
Pero ¿Ha pasado algo?
No, en realidad nada, a veces sin querer y sin ningún problema la cosa se enfría y es lo peor que puede pasar, porque si hay una causa siempre se puede arreglar, pero cuando el amor se muere es peor.
Angel se dirigió a Argüelles, a la calle Galileo, a una cafetería en la esquina con Joaquín Mª López, un poco más abajo del cine Galileo.
 Cuando llegó, como era cliente habitual, el camarero le dijo: Ha estado su amigo Felipe y me ha dado este paquete y dice que no podía quedarse, que le llamará.
Abrió el sobre que le dio Román, el camarero y sacó el guión que había en su interior, era un dramón de dos actos, el autor era un antiguo actor que se había dedicado a escribir alguna cosa entre actuaciones en el teatro, ahora se había metido con esa obra y Felipe la iba a dirigir en un café-teatro, el último invento para intentar resucitar ese teatro que todo el mundo dice que está muerto desde que se comercializó la televisión, era un drama llevado en forma de comedia, un trompetista de prestigio tiene un accidente y se destroza el labio y tiene que intentar rehabilitarse para intentar seguir con su profesión.
Angel tenía sus dudas en hacerla, pero, claro, si salía bien, le habían prometido un “Estudio 1” y ese podría ser su lanzamiento definitivo, ya que la audiencia y popularidad que da ese medio era a corto plazo y por ahí podrían venir cosas mejores.
Cuando empezó a leer los folios mecanografiados se encontró con una de esas comedias agridulce de las que Jack Lemmon había hecho en el cine.
Llevaba ya como cosa de una hora leyendo cuando alzó su mirada, para descansar la vista y la mente, en la mesa de enfrente había una jovencita de unos veinte años, que leía un grueso volumen mientras fumaba y tomaba café, en aquel momento también levantó la mirada y coincidió con la de Angel, ambos sonrieron y volvieron a sus quehaceres.
A los pocos minutos, al querer fumar, Angel sacó el mechero y no le encendió, se había quedado sin gasolina. Se levantó y se acercó a Lucía para pedirle fuego, ésta se lo dio pero a la vez se sonrojó, su tez pálida se puso rojo carmín, cogió una caja de cerillas que reposaba encima de un paquete de cigarrillos y se la acercó a Angel, que después de encender el cigarrillo le preguntó: ¿Estudiando?
Si, la Filosofía, esta tarde tengo examen y es un tocho.
¿Estudias por aquí?
Si, en la Normal de Magisterio, en Ríos Rosas.
¿Y tú?
No, yo estaba leyendo un guión que me tendré que aprender, pero solamente lo estaba ojeando, además, no me gusta mucho y lo hago con desgana. Por cierto, me llamo Angel y se supone que  soy actor, ¿Me puedo sentar mientras me fumo el cigarrillo para que luego puedas seguir estudiando?
 Yo Lucía y estoy estudiando Magisterio, si todo va bien, este curso habré acabado y luego haré la oposición. Pero, parece que no estés muy de acuerdo con lo de ser actor.
No lo tengo nada claro. No he hecho otra cosa en mi vida, hoy he terminado de rodar el mejor papel de mi vida, me han dado un guión para una obra de teatro y un posible Estudio 1 de televisión y no sé lo que voy a hacer de mi vida, no me gusta lo que tengo que hacer, este guión es una mierda, encima hoy, cuando terminaba el rodaje me he dado cuenta de que la mujer con la que llevo conviviendo los últimos tres años, no es nada para mí, no he sido capaz ni de rodar con ella la escena de un beso. Nos hemos habituado tanto el uno al otro que ya no somos nada como pareja.
¿Se lo has dicho?
No, todavía no y no sé cómo hacerlo, pero lo haré, no quiero que pierda el tiempo conmigo.
¿También trabaja en el cine?
Si, ella más que yo, canta muy bien y ha hecho varias comedias musicales.
Pero no quiero molestarte más, tienes que estudiar, aunque sea un tocho.
Sí, pero me gustaría seguir hablando contigo.
De acuerdo, pero no hoy, tienes un examen.
Sí, pero salgo a las seis. Si quieres nos vemos aquí a las siete.
De acuerdo, ahora cojo mi maldito guión y me marcho. Diciendo esto, Angel apagó el cigarrillo, recogió sus cosas, pagó las consumiciones y se marchó.
¡Hasta las siete!
¡Adiós!
CAPITULO II
A las siete menos diez estaba Angel sentado en la misma mesa de la mañana y seguía peleándose con el guión, era lo peor de su vida, captaba el personaje, era frío y sabía como hacer creer al público que su personaje era real, tenía la teoría de que no había que meterse a sufrir dentro del personaje, lo suyo, como actor era engañar al público y hacerles ver lo que él quería que viesen, pero memorizar un guión era lo peor que le podía pasar, había tenido verdaderas broncas con los directores, tenía un conocido, actor también que era casi analfabeto, un amigo suyo le leía la obra un par o tres de veces y el primer día de ensayo se la sabía de “P a PA” incluso lo había visto hasta con obras en verso.
A las siete y diez llegó Lucía, traía una cara sonriente se le notaba ligeramente maquillada, su media melena rubia la llevaba recogida en una cola de  caballo.
¡Hola! Dijo Angel mientras se levantaba y le estrechaba la mano, ¿Qué tal el examen?
Bien, estaba inspirada y me salió bien, además, aunque no se note soy una empollona.
¡Qué suerte! Yo dejaría el teatro por no aprenderme los papeles.
A ver, déjame que lea algo, te la leeré en voz alta y me dirás si se te queda mejor.
Angel le alargó los folios, Lucía los miró y leyó el título “Balada triste” ¿De qué va? ¿De ovejas o de música?
De música, pero está escrita como para dormir a las ovejas.
¿Qué papel haces tú?
Gustavo, el trompetista.
A caray, el papel principal. Vamos que eres todo un actor y no uno de reparto, dijo Lucía mientras se le escapó una risita complacida.
A las nueve y media se dieron cuenta de la hora que era y Lucía dijo: ¡Dios! Se me ha hecho tardísimo y se levantó se puso el abrigo y dijo: No me acompañes, si te va bien mañana a las siete aquí mismo; y trae el guión.
CAPITULO III

Dos semanas después seguían viéndose casi cada día, los domingos salían al cine o al teatro y una vez fueron a bailar.
Angel había hablado con Susana, en principio ella soltó alguna lagrimita, pero luego comprendió lo que decía Angel y le dio la razón, en el fondo ella veía lo mismo, decidieron que hasta que alguno de los dos encontrase algo, compartirían el apartamento donde vivían,  Mercedes, la amiga de Susana vivía con otra amiga compartiendo piso pero se tenía que ir, así que decidieron que cuando se marchase, Susana iría con ella.
Las cosas parecían ir mejor, pero Angel no sabía qué pensar, Lucía era una chica alegre y cariñosa, pero no sabía nada de ella, no dejaba que la acompañase hasta su casa, no tenía ni la certeza de que viviese donde decía ni que fuese  quien decía.
Aquella mañana Felipe, el director le dijo: La semana que viene empezamos a ensayar, te he dado bastante tiempo, ¿Cómo lo llevas?
Bastante bien, pero no todo lo bien que quisiese, el personaje lo tengo, pero el texto me falla.
Mira, no me vengas con esas, te voy a hacer un regalo que no sé si te lo mereces, el jueves es fiesta, te voy a dejar el apartamento que tengo en Peñíscola y las llaves del “600”, en este tiempo aquello está muerto pero no hace el frío que hace en Madrid, ves allí y apréndete el libro, el lunes vienes al ensayo con el papel sabido o te olvidas de la obra y lo que pueda venir detrás.
Cuando al día siguiente se encontró con Lucía, le dijo lo que le había dicho Felipe y Lucía contenta y le dijo: Bien. Me encanta Peñíscola desde que la vi en las películas “Calabuch” y El Cid que las rodaron allí, además no conozco el mar sino en las películas. ¿Me dejas que te acompañe y te ayude a estudiar?
Encantado, pero ¿Qué van a decir tus padres a los que no conozco?
Ya les contaré un rollo. Tú dime que sí y yo arreglo todo.
De acuerdo, pero tengo que venir con el papel aprendido.
CAPITULO IV
Salieron para Peñíscola el miércoles por la tarde. Cuando llegaron ya era noche cerrada, encontraron el apartamento que estaba en la calle José Antonio, en la zona nueva, fuera del recinto del catillo y en la playa norte.
Casi debajo mismo había una tasca en la que estaban ocho parroquianos jugando a las cartas en dos mesas, en la barra un camarero les preguntó qué querían, les hizo unos bocadillos fríos que era lo único que podía hacer.
Pese al frío, cuando dieron cuenta de los bocadillos, media botella de vino y un par de cafés, se fueron a la playa y pasearon por ella mientras Lucía contaba lo que sentía que era el mar que no conocía.
A la mañana siguiente se levantaron temprano, bajaron a desayunar a un bar, ya que no tenían de nada en el apartamento, luego paseaban por la arena de la playa norte mientras Lucía le iba diciendo los pies para que Angel se aprendiera el libreto.
Así pasaron los cuatro días, subieron al castillo, recorrieron todos los rincones, paseaban por la playa e incluso se descalzaron y dejaron que el mar, helado, mojara sus pies.
Cuando regresaron a Madrid, Angel se sabía el papel. En el primer ensayo Felipe le dijo: Ya sé que hacer para que aprendas un papel, pero no te voy a regalar ni un apartamento ni una Musa.
Entre los ensayos y los exámenes casi no se vio con Lucía Antes del estreno le dio una entrada para ese día y a partir de entonces pasó los peores nervios de su vida.
La noche del estreno, antes de empezar la obra vio a Lucía por el ojo del telón. Luego, cuando empezó la obra, con los nervios y los focos no pudo verla, ya más tranquilo, en el segundo acto la vio y su cara era alegre y feliz.
Cuando terminó la obra, que gustó bastante, vio que Lucía no estaba donde habían quedado.
Al día siguiente la buscó, pero no tenía ni su teléfono, fue a la Escuela de Magisterio, nadie le supo dar razón, por la cafetería no apareció.
Pasó el tiempo, hizo el “Estudio 1”, a partir de entonces su carrera fue meteórica, cuando tenía un día libre, la buscaba, no sabía dónde, luego empezó a ir a Peñíscola, paseaba por la playa descalzo, subía al castillo, nada, no supo de ella. Cuando estrenaba alguna obra, en el último acto la veía entre el público, cuando terminaba la obra la veía aplaudir, pero luego se levantaba y desparecía.
Han pasado cuarenta años, Angel se ha convertido en un monstruo de la escena, solamente hace teatro, su única ilusión es verla al final del último acto, no ha cambiado, sigue aparentando 20 años.
FIN





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