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jueves, 7 de noviembre de 2013

Y NO ESTABA MUERTA (Capítulo V)

Ya estamos en el capitulo V de esta historia que tanto ha está gustando, os recuerdo que hay un correo, además de los comentarios de este blogg, para los que deseen comentar algo o incluso por si tienen algún relato corto que deseen que se les publique en este blogg, el correo es : lashistoriasdelbuho@hotmail.com

Y ahora...................
Y NO ESTABA MUERTA

Pedro Fuentes

Capítulo  V
Y NO ESTABA MUERTA

Pedro Fuentes

Capítulo  V
Cuando me llamaron no lo podía creer, me comunicaron que había abierto los ojos pero que eso podía ser un síntoma muy bueno pero también el principio de una larga y penosa rehabilitación.
Dejé todo lo que estaba haciendo y salí rápidamente para el hospital, entré a la UVI pese a que no era hora de visita, estuve con mi mujer, le dije que estaba allí, que me dijera si me oía y me respondió con un abrir y cerrar de ojos afirmativo, le comuniqué que no podía permanecer allí más rato y que iba a hablar con el doctor, que luego, a la hora de visitas volvería y que además le tenían que hacer muchas pruebas.
Salí y una enfermera me comunicó que el doctor me estaba esperando.
Entré en su despacho y se levantó de la mesa para darme la mano y felicitarme.
Bueno, su esposa ha dado un paso muy importante, pero hay un problema, después de todos los exámenes realizados, no hay ninguna razón para la pérdida total de movilidad, salvo la de las extremidades inferiores que hoy por hoy la medicina no tiene solución para ella, hay una rotura de dos vértebras y la médula espinar que le ocasiona una invalidez total en las piernas, el resto del cuerpo, no hay causa ninguna para que esté paralizada, su cerebro aparentemente no está dañado físicamente, pero es un campo muy desconocido su interior, así que podemos pasar mucho tiempo sin mejoras, puede recuperar alguna movilidad y algún sentido, como ha recuperado la vista, el movimiento de párpados y ojos y el raciocinio, le hemos hecho pruebas, todavía solamente una parte y su cabeza responde correctamente, tiene una lógica correcta y  unos reflejos mentales de una persona normal. Por eso puede ser problemática la recuperación, porque no hay causa física para la inmovilidad. Quizás se recupere poco a poco o se cierre y quede dormida para el resto de su vida o pasen años, cuanto más años pasen peor será, porque sus músculos y nervios se irán agarrotando.
Mañana le pasaremos a planta y la someteremos a una rehabilitación total, así que hoy ya no podrá pasar a verla, cuando venga mañana a primera hora la llevaremos a planta y queremos que usted esté presente, es posible que en esa rehabilitación, sobre todo la psíquica porque no conocemos qué le hace seguir así y quizás nos pueda dar la clave.
Nos tendrá que rellenar un cuestionario para que sepamos qué preguntas hacerle, son cosas sobre todo de la vida de ella y ustedes antes del accidente, por ejemplo si trabajaba y en qué como fue su vida en común, relaciones, si tienen más familia, qué hobbies tienen, si hablaba otro idioma, afición a la lectura, etc.
Ahora cuando salga, mi enfermera se lo dará y le señalará un despacho donde pueda rellenarlo.
El doctor llamó a su enfermera y ésta entró, recibió las instrucciones e hizo que le siguiese, me acomodó en un pequeño despacho sala de estar y me entregó un cuadernillo y un lápiz.
Cuando termine, yo estaré aquí fuera, tómese el tiempo que necesita.
Estuve hora y media para responder a todo tipo de cuestiones incluidas de nuestra vida sexual en común.
Después de terminar, salí, le di el cuadernillo a la enfermera y quedé en volver al día siguiente a las nueve y media.
El resto de la mañana lo pasé llevando el parte de baja a la empresa donde trabaja la mujer, una multinacional en la que ejercía de administrativa, estuve hablando con su jefe de relaciones laborales y le expliqué la situación, le indiqué que en principio había que esperar pero que salvo un milagro, habría que solicitar la inutilidad total, en este caso, la empresa tiene un seguro colectivo y un plan de pensiones del que se podrá disponer su fuese necesario y la Seguridad Social empezaría a pagarle como pensionista, que gracias al tiempo cotizado y a los años, sería una cantidad bastante importancia.
Todo esto permitiría abordar unos gastos de rehabilitación que podían ser muy costosos.
Hablé con sus compañeros que no se imaginaban lo grave del accidente, una de sus compañeras quedó en recoger los efectos personales de Gertrudis para guardarlos hasta que yo le llamase para entregármelos.
A la mañana siguiente, cuando volví al hospital me indicaron que una vez retirados los respiradores, oxígeno y demás ayudas, había reaccionado bien y no parecía tener ningún problema, sus constantes vitales eran las correctas y el hematoma del cerebro había remitido pero seguía con la inmovilidad más absoluta salvo el parpadeo y movimiento de los ojos.
El doctor me hizo pasar para que hablase con ella con cuidado de que le hiciese preguntas sencillas a las que me pudiese responder con el movimiento de los párpados pero que intentase que moviese los dedos, en éstos habían hecho pruebas y no los movía, pero no los tenía agarrotados, en fin, seguíamos en las mismas, no había razón para que no se moviese salvo las piernas que no parecían tener solución, todo parecía efectos de un shock del que no se sabía cuando se recuperaría.
A medio día fue trasladada a planta, seguía con la alimentación por goteo y estaba conectada a un monitor que informaba y vigilaba de todas sus constantes vitales.
Me entregaron unas cuartillas con los horarios y el tipo de rehabilitación y me pidieron que estuviese presente en muchas de ellas porque a veces sicológicamente un familiar cercano podía ser positivo.
A los quince días se había avanzado algo. Con la ayuda de una enfermera empezó a comer alimentos más o menos sólidos, había que abrirle la boca para introducírselos, pero luego los tragaba, movía la cabeza lateralmente y los dedos de ambas manos los  abría y cerraba. Le quitaron el monitor y el gotero, y pasaba la mayor parte del día sentada en una silla de ruedas, por lo cual la llevaba a pasear por los pasillos de la planta, luego me dieron permiso para sacare al jardín del hospital. La vista estaba recuperada e incluso veía la televisión y entendía todo lo que oía.
Una semana después tenía movilidad reducida en el brazo sano, las radiografías del fracturado junto con la clavícula daban buen aspecto y pronto le quitarían la escayola.
Ya abría la boca por ella sola y podía comer alimentos más sólidos puesto que podía masticar. Controlaba bastante los esfínteres y avisaba según un código inventado moviendo el pulgar hacia abajo. Incluso sonreía cuando se lo pedíamos y lloraba, muchas veces, cuando no la veía nadie,  lloraba.
Vino por la habitación la enfermera que rezaba a su lado cuando estaba en coma y se habituó a venir antes de entrar o al salir del turno si la hora no era intempestiva.
El doctor que la había despertado, la visitaba junto con otros doctores cada día y me decía que era muy bueno que hiciese progresos aunque fuesen pequeños, porque esto era la puerta que se abría a otros mayores.
Me comunicó que en cuanto se le quitasen las escayolas, la mandarían a casa y que tendría que seguir con la rehabilitación, también me envió a un fisioterapeuta para que me indicase qué tenía que hacer para conseguir la mayor movilidad posible en casa.
En la casa lo teníamos bastante bien, es un chalet, no muy grande pero tiene una planta baja bastante amplia, con un salón comedor, la cocina, un cuarto de baño, al que habrá que sacarle la bañera y poner solo ducha,  una sala de estar y un pequeño despacho, la sala de estar se puede reconvertir en habitación y el recibidor, por la cocina se puede salir a un patio trasero y por delante la puerta de la calle que lleva a un porche y el jardín que separa la casa de la calle. Los únicos escalones son del porche al jardín, pero hay espacio suficiente como para hacer una rampa por la que pueda subir y bajar una silla de ruedas.
En la parte alta, en el piso hay tres habitaciones y un baño, además del descansillo que da a las escaleras, alrededor del cual están las habitaciones. En el techo del descansillo hay una trampilla que se baja y sale una escalera que lleva a la buhardilla, que no se usa sino para guardar trastos.
La solución será que Gertrudis disponga de la planta baja y yo me quedaré en la habitación de matrimonio, ya que en la de abajo no cabe una cama de matrimonio, una silla de ruedas y una pequeña grúa elevadora para trasladar a Gertrudis de un lado al otro e incluso a la ducha y  a la taza del wc que también hay que cambiarlo.

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