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miércoles, 2 de mayo de 2018

LUCÍA (Capítulo XXV)




Este capítulo será el último de esta temporada, a partir de ahora, y hasta pasado el verano, iré publicando algún relato corto, ya que encuentro muy difícil
seguir escribiendo las dos novelas en las que estoy comprometido. Además, desde ahora hasta septiembre, quiero dedicarme a la navegación, que ya sabéis que es mi gran pasión. Mientras tanto, os dejo este capítulo de Lucía.

A los lectores que se hayan incorporado últimamente. les dejo todos los relatos cortos para que puedan seguir leyendo y que sepan que en Editorial BUBOK  hay publicados tres libros de este autor, una trilogía nominada "LAS HISTORIAS DEL BÚHO" I, II y III, relatos e historias de todo tipo.

Hasta la vuelta.


Y ahora.................


LUCÍA


Pedro Fuentes


 Capítulo  XXV





Engracia pasó la primera semana ensimismada, cabizbaja y meditabunda, parecía que las palabras de sus amigos y su hija, parecían haberla convencido pero no  hablaba con su hija sobre el embarazo, si acaso, lo único que hacía era preguntarle por la mañana si había dormido bien.

Lucía seguía con su ritmo de vida, se levantaba a eso de las nueve, arreglaba la casa, se acercaba casi cada día al mercado y compraba lo que necesitaba, le gustaba consumir alimentos frescos.

Ya conocía las diferentes paradas del mercado y a sus gentes, alguno de los que allí trabajaban, de vez en cuando le decían algo sobre salir algún día a tomar algo y los más osados, la invitaban al cine o a bailar algún domingo, aunque los que la conocían desde hacía tiempo, veían que era imposible, ella les sonreía y algina vez había contestado con un “ya veremos” pero ese momento no llegaba nunca
.
Cuando volvía a casa, preparaba la comida y parte de la cena, ya que ella cenaba cuando volvía del trabajo.

Comía con su madre mientras veían la televisión a la que madre era muy aficionada, no se perdía ninguna novela o serie que pusiesen en la tele, le daba lo mismo de qué tratasen, además comentaba en voz alta lo que  decían y a veces tomaba parte en los diálogos, pero lo que más le gustaba eran los concursos. El favorito “Un, dos, tres, con Kiko Edgard, no se perdía ninguno, disfrutaba también viendo “La gran ocasión” donde tanta gente se daba a conocer en el mundo de la canción. En fin, para ella la televisión era un dios, si no salía en televisión no existía.

Una mañana, cuando volvía del mercado, le pareció ver a alguien conocido, era Fernando, cuando lo vio se hizo la despistada y cruzó de acera, pero él la vio y se hizo el encontradizo, aunque se seguía poniendo colorado cuando Lucía le miraba, parecía haber madurado algo y ya no tartamudeaba, o llevaba el papel muy bien aprendido.
¡Lucía! ¡Qué sorpresa! Sabía que estabas en Madrid, por Rosario pero nunca me dijo dónde. ¿Qué es de tu vida? Por las bolsas que llevas del mercado deduzco que vives por aquí, yo tengo fiesta hoy y voy a la calle Luchana que he quedado con un compañero de trabajo. Al final aprobé de cartero y trabajo por la zona de la calle Princesa. Aunque a veces nos cambian de sitio para que conozcamos todas las zonas
.
Ven, te invito a un café, así me cuentas algo de tu vida.

Es que tengo un poco de prisa por llegar a casa.

Será un momento, y si no puedes, te acompañaré hasta casa.

No, vamos a esta cafetería, pero será solamente un momento.

Entraron y se sentaron, Fernando sacó un paquete de ducados y le ofreció a ella.
No, gracias, no fumo.

¿Qué quieres tomar?

Un cortado descafeinado.

Se acerco el camarero a la mesa que ocupaban  y Fernando pidió el cortado y un café solo para él
.
Cuando te marchaste del pueblo, me quedé fastidiado, no me atreví a decirte nunca lo que sentía por ti y de pronto vi que te había perdido.

Mi vida cambió de repente y marché del pueblo.

Se dijeron un montón de cosas que yo no creí.

La única razón fue que mi madre estaba mala y aquí, en Madrid había buenos médicos y podría salir adelante
.
¿Querrías salir conmigo algún día, a tomar algo, o a charlar?
No, Fernando, no puede ser.
¿Por qué?
¿No sales con Rosario?
Si, pero solamente como amigos, en cambio contigo es diferente, me gustaría que nos conociésemos, que hablásemos y si con el tiempo……
No, Fernando, no puede ser, hay otro, al que quiero, está fuera, pero volverá y yo lo espero.

¿Y si mientras viene, salimos tu prima, tú y yo, a charlar, a ir al cine, vamos, sin ningún compromiso?

No, no puede ser, no me gusta salir por ahí, además, tengo que estar pendiente de mi madre que no se puede quedar sola. Y ahora ya me  tengo que ir, lo siento, Fernando, eres un buen chico y te aprecio mucho, pero quiero a Ricardo.
Ese Ricardo ¿Es tu novio?

Si, algo así, no somos novios oficialmente, pero nos queremos y salimos juntos.
Pero… ¿No dices que está fuera?

Si, pero temporalmente y cuando termine el trabajo que está haciendo, volverá y si no, me llamará para que mi madre y yo vayamos a donde está él.

No lo creo, no creo que vuelva nunca, se ha marchado y dejará detrás todo su pasado, cuando una persona tiene una novia para casarse, no lo abandona todo y se marcha a otro sitio.

¿Acaso es lo que tú harías?

Yo por ti no me marcharía nunca de tu lado, cuando te fuiste del pueblo y aun con todo lo que se llegó a decir, yo no paré de buscarte, cuando alguien dijo que estabas por Madrid con tu tío, empecé a estudiar como un loco para poder aprobar las posiciones con buena nota y poder elegir Madrid. Luego, cuando ese alguien que dijo que estabas por Madrid, le sonsaqué que te había visto en un bar de mala nota, al principio no le creí, pero luego pensé que eras mejor que la mayoría de las del pueblo, que mucho hacerse las mosquitas muertas y luego se iban a pasear al anochecer por la carretera con el primero que les dijese “ahí te pudras” y vine aquí para intentar encontrarte y cuando le saqué a Rosario por dónde vivías, he pasado horas y horas, días enteros hasta que te encontré, porque no me importa nada de lo que se ha dicho de ti, porque yo te quiero.

De manera que Rosario ¿te ha dicho por dónde vivía?

No, no exactamente, me dijo que por Chamberí y yo me he pateado desde Quevedo a  la Castellana, como sabía que te había encontrado por donde ella vive pues solamente era cuestión de tiempo.


Ya le ajustaré las cuentas, ahora me tengo que marchar y no insistas, lo nuestro además de que no puede ser, es imposible y tú dedícate a Rosario, que además de buena chica, creo que le gustas.