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jueves, 7 de marzo de 2013

LAS PALMERAS III y CINE EN CASA

Tal como prometí la semana pasada, esta semana comienzo una nueva sección CINE EN CASA, se trata de una pequeña reseña de películas que tengo y me gusta visionar de vez en cuando, no intento hacer ni una crítica ni un tratado del cine, solamente una pequeña ficha como índice de lo que voy viendo y me gusta.

Y ahora.............


LAS PALMERAS

Pedro Fuentes
Capítulo III

No vi a Javier en todo el fin de semana, yo normalmente el sábado lo pasaba en casa pasando el resacón y el domingo iba al futbol si el Atlético jugaba en casa. Javier odiaba el futbol  y el domingo se iba a un chalet en la sierra que su padre le había dejado de herencia cuando murió.
El lunes, en el trabajo, a las diez llamé a Javier para bajar a la máquina expendedora para tomar un café.
Los diez minutos que nos duró el café y el cigarrillo, se lo pasó hablándome de Consuelo, ya no nos vimos más hasta la tarde, a la hora de salir, cuando lo vi le dije:
Javier, me voy al cine, en el Bulevar ponen “Dos hombres y un destino”, del Oeste y divertida, ¿Te vienes?
No, me voy a casa a leer un rato y luego iré a Las Palmeras. ¿Te vienes?
Un lunes ¿A Las Palmeras?, ¿Estás loco? ¿Y mañana qué?
No, solamente abren hasta las doce, solamente iré a tomar una copa y nada más.
¿Y nada más? Pues si que te ha pillado fuerte. Bueno, pues hasta mañana. Dale recuerdos a Diana “La Cazadora”
Se llama Consuelo.
Bueno, hombre, bueno, dale recuerdos a ella y a Leticia.
Vi a Javier el día siguiente a la hora del café, estaba demacrado y casi se pisaba las ojeras. No me contó nada, nos fumamos el cigarrillo en silencio y Javier se tomó dos cafés.
El viernes, a la hora del café, viendo la cara que llevaba le dije:
¿Ya duermes lo suficiente?
Si, duermo de sobras. Me contestó con bastante mal humor.
Bueno, me alegro, ¿hacemos algo esta tarde?
No, quiero dormir un rato, si quieres nos vemos por la noche en Las Palmeras.
Bueno, ¿A qué hora? ¿Te parece bien a las once? ¿Quedamos en la puerta?
No, entra, yo estaré dentro.
Vale, resérvame una banqueta y un whisky.
Aquella tarde, después del trabajo me fui a casa, hacía mucho tiempo que un viernes por la tarde no salía de marcha hasta el amanecer, en principio pensé que los cuarenta me empezaban a pesar, luego llegué a la conclusión de que no era a mi a quien pesaban sino a mi amigo Javier que se había enamorado de aquella chica y ya no era lo mismo, eran tantos años de compartir las juergas que ahora solo no le apetecía ir a ningún lado, así que cuando llegué a casa me tomé un cubata y me fui a dormir hasta la hora de cenar algo, a las diez me tomé un bocadillo de jamón y una cerveza y marché para Las Palmeras.
Cuando llegué, a las once y cinco, allí estaba Javier jugando a los dados con Diana “La Cazadora”, me acerqué y saludé, casi ni se fijaron en mi.
Aquella noche había más gente que de costumbre, Emilio el dueño y Leticia la encargada llamaron a Diana varias veces para que atendiera.
Eran ya las dos cuando entró un joven en el local, buscaba a alguien, al fin vio a Dina y fue a por ella, ésta, se abalanzó sobre sus brazos abiertos y se unieron en un abrazo y un beso, luego, cuando se separaron hablaron algo y se dirigieron hacia nosotros.
Diana-Consuelo fue la primera en hablar, mirad, este es Paco, me ha venido a buscar porque se va a casar conmigo.
Pero Consuelo, dijo Javier, entonces yo ¿qué hago?
Pues haz lo que quieras, yo lo quiero a él dijo ella.
Y yo a ella, así que ¡puerta! Y déjanos estar, dijo Paco, y estirando de ella la llevó a la pista y se pusieron a bailar.
En el local, cuando eran las dos y veinte de la madrugada, cuando sonaba Lucho Gatica cantando “Reloj no marque las horas, para que nunca amanezca…….”
De pronto hubo un gran revuelo, pocos vieron lo que pasó, Leticia y yo fuimos los únicos.
Javier, presa de un ataque de locura, cogió de detrás de la barra el cuchillo con el que poco antes Leticia había cortado limones y salió disparado hacia la pista.
La puñalada fue mortal de necesidad, le clavó el cuchillo hasta el puño en la espalda a la altura del corazón a Paco, luego, con el mismo cuchillo y empuñándolo con las dos manos se lo clavó en el vientre y con un fuerte impulso tiró de él hacia arriba y se rajó el estómago también.
Cerraron Las Palmeras. Al cabo del tiempo recuerdo haber pasado por allí y ver la puerta metálica oxidada y todavía el letrero luminoso, con dos palmeras  cruzada siempre que las veía me acordaba de Machín y su bolero “Dos cruces”.

FIN

CINE EN CASA
CALABUCH

Pedro Fuentes

Anoche, cuando apagué la luz, estuve viendo la película de Luis García Berlanga “Calabuch” de 1.956, película entrañable y llena de valores.
Para mi el cine de Berlanga tiene dos etapas, uno, con la censura, lleno de inteligencia y saber hacer para poder pasar por delante de los censores sin que estos se dieran cuenta y el otro periodo, después de la censura, en el que hace un cine sin tapujos y sin esos doble sentidos  que tanto utilizó en su primera etapa.
FICHA TECNICA
Protagonistas
Edmund Gwenn
Valentina Cortese
Juan Calvo
Franco Fabrizi
Félix Fernández
Nicolás Perchicot
María Vico
José Isbert
José Luis Ozores
Dirección
 L. García Berlanga
Guión
Leonardo Martín
Florentino Soria
Ennio Flaiano
Luis García Berlanga
Música
Guido Guerrini

Un sabio aero espacial, harto de que todo su saber sea utilizado solo en la industria del armamento, decide desaparecer, para lo cual se refugia como un mendigo en un pueblecito del  Levante (Los exteriores están rodados en Peñíscola) donde se integra totalmente y ……..

Si tienen ocasión de ver la película, no lo duden, disfrutarán con todos sus personajes, entre ellos el interpretado por José Luis Ozores con su toro de lidia.

Este artículo se lo dedico a Fabrice y a Georgina.



 

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