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jueves, 24 de septiembre de 2020

ASALTO AL CAMION (Capítulo I)




 ASALTO AL CAMION


Pedro Fuentes


CAPITULO  I



Eulogio  caminaba por una calle de una pequeña capital de provincias cuando se paró en un semáforo en rojo. 

Al otro lado de la calle aparcado había un camión de gran tamaño con cabeza tractora. 

Paró un momento con el pretexto de encender un cigarrillo y mientras tanto observaba como dos personas, el conductor y otro hombre descargaban cajas  y las ponían en sendos carros de mano, luego, entornando la portezuela del camión, con las carretillas se dirigieron a la acera de enfrente donde le estaba esperando un hombre, dueño de un estanco, descargaron y volvieron para hacer dos viajes más, Eulogio se dio cuenta de que el camión iba hasta los topes.

Como vivía cerca de allí, se dedicó a vigilar, una vez por semana, siempre los lunes, aparecía el vehículo, cuando ya controló eso, un lunes se preparó y siguiendo al camión hizo toda la ruta y terminaron en el local de destino, cuando tuvo todo, calculó la hora de salida y se dedicó a esperar al camión a las horas de salida del local de distribución de la empresa tabacalera.

Vio que allí llegaban martes y jueves grandes camiones cargados de cajas, luego, de lunes a viernes salía el otro camión y hacía cada día una ruta diferente. Los lunes pasaba por su población y repartía en todos los estancos, luego iba a otras diez poblaciones más y hacía la misma operación, pero invariablemente empezaba enfrente de su casa.

Eulogio midió el camión, midió las cajas, sabía lo que medían los cartones y los paquetes, un camión de aquellos podía rendir neto, a mitad de precio, 1,8 millones de €. 

Una vez planeado todo hasta el último detalle, se decidió a llamar a los que serían sus colaboradores, dos, Fermín y Gaspar, que no se conocían entre sí,  dos individuos que andaban siempre a salto de mata, vividores a base de chanchullos y pequeños hurtos y fraudes, pero poco conocidos y no fichados, obedientes y buenos “trabajadores” pero que necesitaban alguien que les mandasen.

Bueno, les dijo cuando los reunió en otra provincia, el un hostal de carretera a donde fueron llegando los tres por separados y se inscribieron con nombres  falsos.

A partir de ahora somos “A”, tu,  “B”, tu, y yo “C”. Os voy a explicar la operación, pero paso por paso, hasta no haber realizado una parte no sabréis la segunda y así hasta terminar. 

Vais a recibir 800.000 € para los dos, yo me encargaré de los gastos y la distribución del producto, de hecho ya está apalabrado. Cobrareis dos semanas después de la operación, no hay armas, solamente tres pistolas, una de fogueo y dos de imitación, no tiene que haber violencia de ningún tipo.

El golpe se realizará el lunes 28, para lo cual, el domingo por la tarde estaréis concentrados en vuestras casas, a las doce de la noche os llamaré por teléfono y os diré: 

Dentro de media hora en tal sitio, tendréis tiempo de llegar, iremos “B” y “C” en un coche, tú, “A” tendrás que llevar una tractora,  donde te diga y esperarás allí a nuestra llegada en un camión, desengancharemos la caja y nos iremos con la tractora y el botín, en el camión llevaremos a dos rehenes a los que dormiremos y dejaremos en su tractora durante tres o cuatro horas drogados, cuando despierten habremos desaparecido del todo. 

Los detalles los iréis conociendo en su momento. 

Cualquier cosa que digamos será escueta y sin identificarnos, en el momento oportuno os daré una careta a cada uno. 

Ahora marcharemos cada uno por su lado hasta la llamada el domingo 27. Mientras tanto, nada de meteros en jaleos ni comentar nada con nadie, ni con vuestras parejas, procurad que no se os vea.

Y recordad que por nuestra seguridad, lo mejor que puede pasar es que no nos conozcamos entre nosotros y que nadie nos relacione juntos, las caretas llevarán en la frente una gran letra que nos indicarán quienes somos.

Ahora marchemos cada uno a su lado y no nos veremos hasta el momento que os avise, ya sabéis que no me conocéis sino de vista, pero si queremos que salga perfecto todo, tenemos que confiar en nosotros mismos, de la misma forma, cuando repartamos los beneficios, os aconsejo que no hagáis ningún gasto hasta pasado por lo menos seis meses y luego ir sacando el dinero poco a poco. Por ahí es por donde suelen caer todos, así que si queremos dar el golpe de nuestras vidas, tenemos que ser prudentes.


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