LA HIGUERA
Pedro Fuentes
CAPITULO VII
Manolo
salió y se dirigió a la farmacia. Quería hablar con el
farmacéutico, por si su esposa le había contado algo sobre el
campanario.
Al
medio día llegó Ricardo al pueblo como había quedado con la
maestra, como era temprano, se dedicó a hacer fotografías a la
iglesia y al campanario, con especial atención a la higuera y al
nido, luego se dio una vuelta por la plaza y preguntó a varias
personas que por allí pasaban si habían visto la higuera en el
campanario y si pensaban que podía perjudicar a la torre. A la una
menos cinco se dirigió a las escuela y cuando llegó se cruzó con
los niños que salían de clase, en la puerta estaba Isabel esperando
con esa sonrisa que siempre dibujaba su cara. Se saludaron y quedaron
en comer juntos en el restaurante que había yendo hacia el
Ayuntamiento.
Nada
más entrar se encontraron con Manolo y Servando, el farmacéutico
que estaban en una mesa, arrinconada tomando unos vinos y charlando.
Isabel y Ricardo les saludaron y fueron al salón contiguo, el
restaurante propiamente dicho.
Manolo, después de saludarles dijo en voz baja al boticario: ¿Qué estarán tramando estos? El es el periodista del periódico “La Provincia” y ella es de la “hermandad”. Seguro que están tramando algo contra el Ayuntamiento, además quieren discutir lo de las tórtolas en el próximo pleno.
Pues
lo mejor es empezar a movilizar a gente de los nuestros para acallar
a tanto mea pilas.
¿No
está tu mujer con ellos?
Si,
pero he intentado sonsacarle algo y no ha dicho ni pío. Conociéndola
como la conozco, si no dice o cuenta algo; y se pasa el día
canturreando por lo “bajini“ quiere decir que están preparando
algo, así que tente con cuidado y desconfía de todos
Ya
lo hago, también está mi novia y miedo le tengo como saque su mal
genio. Por de pronto, ha dicho que rompe nuestras relaciones porque
no quiero casarme por la iglesia. Además Fernando, “el de la
oposición” está con ellas. Yo he hablado con Tim y está listo
para el ataque, así que lo pondré por delante para que si hay
palos, se los lleve él.
Desde
allí mismo, Manolo llamó al ayuntamiento, y le dijo al secretario:
!Luis¡
Llama a Tim para que venga y en cuanto llegue pasáis los dos.
Mientras
tanto, en el restaurante, Isabel y Ricardo hablaban animadamente
recordando tiempos pasados, luego entraron al tema del campanario y
la guerra que se iba labrando contra Manolo y los suyos.
No te preocupes, “Isa”, Ya he avisado al periódico que me reserven un lugar en primera plana para mi artículo, irá acompañado de una foto que ya tengo, con la higuera y las tórtolas, haré hincapié en que está solicitado nombrar a la iglesia Patrimonio Nacional, habrá un poco de historia y la negativa de que el ayuntamiento, con su alcalde al frente, se nieguen a presupuestar una pequeña cantidad en mantener en condiciones un monumento histórico que no solo pertenece a a la Iglesia sino a todos los vecinos sean cuales fuesen sus creencias y que aportarían al pueblo, ganancias por el turismo que conlleva el ser declarado Monumento Histórico.
Muy
bien, te vamos a tener que nombrar cofrade de honor de las Hermanas
de Santa Marina.
Tendréis
que cambiar el nombre por Hermanas y Hermanos de Santa Marina. Los
dos rieron y siguieron con su charla de viejos amigos.
Cuando el alcalde y Servando se despidieron, Manolo fue al Ayuntamiento, donde Tim y el secretario le estaban esperando. Pasad, pasad los dos, vereis, la oposición ya ha presentada la interpelación, ¿Que hay para tratar el jueves?
Luis,
sacando una hoja de papel, dijo:
No
mucho, Está lo de la nueva licencia de taxi, solamente hay un
solicitante, del partido, luego está la ampliación del contrato de
recogica de basuras, y la convocatoria de un auxiliar administrativo
para la secretaría además de el programa de las fiestas.
Ponlo todo por este orden, dijo el alcalde:
Primero
lo de las basuras, luego las fiestas, después el administrativo,
detrás la higuera y después la licencia del taxi. Supongo que ya
está todo medio apañado.
Tim,
por el carácter de la ecología y el urbanismo, empezaré yo a
defender lo del campanario y te daré la palabra, Si en algún
momento se pone tensa la cosa, siempre nos queda designar una
comisión para el estudio de las soluciones. Y ahora, como es la
hora, nos iremos a comer, el alcalde invita.
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