NAVIDAD 2011
No iba a publicar nada por Navidad porque no quería caer en los clásicos tópicos de las historias de estas fechas, al fin he decidido que sí, que publicaré una de un viejo conocido, su historia es simple, sencilla, modesta, evita las grandes superficies, las compras compulsivas, los “vuelve a casa por navidad” las grandes cenas y comidas a base de besugos, mariscos, pavos, vinos, cavas y ...……. los grandes deseos hasta el 2 de Enero.
Feliz Navidad para todos.La historia de hoy también es real, la transcribió un viejo conocido que conoció al protagonista por las historias que le contó su madre.
Pero antes de la historia, quiero daros un correo electrónico para el que quiera contestarme o enviarme "su" historia para publicar, el correo es fuentespedro@hotmail.es me interesa también saber desde dónde se me lee y si le gustan las historias. No es una encuesta, que estas no las contesta nadie.
Y ahora la historia de hoy.
¿OTRA NAVIDAD?
(Lucas)
Por aquellos días se promulgó un edicto de César Augusto, mandando empadronar a todo el mundo. Este fue el primer empadronamiento hecho por Cirino, gobernador de la Siria; y todos iban a empadronarse cada cual a la ciudad de su estirpe.
José, pues, como era de la casa y familia de David, vino desde Nazaret, ciudad de Galilea, a la ciudad de David, llamada Belén en Judea, para empadronarse con María, su esposa, la cual estaba encinta. Y sucedió que hallándose allí, le llegó la hora del parto. Y dio a luz a su hijo primogénito, y envolvió le en pañales, y recostó le en un pesebre: porque no hubo lugar para ellos en el mesón.
Estaban velando aquellos contornos unos pastores, y haciendo centinela de noche sobre su grey. Cuando de improviso un ángel del Señor apareció junto a ellos, y cercolos con su resplandor una luz divina, la cual les llenó de sumo temor. Díjoles entonces el ángel: No tenéis que temer, pues vengo a daros una nueva de grandísimo gozo para todo el pueblo: y es que hoy os ha nacido en la ciudad de David, el salvador, que es el Cristo, el Señor nuestro. Y sirvaos de señal, que hallareis al Niño envuelto en pañales, y reclinado en un pesebre. Al punto mismo se dejó ver con el ángel un ejercito numeroso de la milicia celestial, alabando a Dios y diciendo: Gloria a Dios en lo alto de los cielos y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.
Luego que los ángeles se apartaron de ellos y volaron al cielo, los pastores se decían unos a otros: Vamos hasta Belén, y veremos este suceso prodigioso que acaba de suceder, y que el Señor nos ha manifestado. Vinieron pues a toda prisa: y hallaron a María y a José, y al Niño reclinado en un pesebre. Y viéndole se certificaron de cuanto se les había dicho de este Niño. Y todos los que supieron el suceso se maravillaron; igualmente de lo que los pastores les habían contado. María conservaba todas estas cosas dentro de sí, ponderándolas en su corazón. En fin, los pastores se volvieron, no cesando de alabar y glorificar a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, según de antemano les había sido anunciado
Felices fiestas!
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