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miércoles, 24 de septiembre de 2014

TARDE DE TOROS Capítulo II

Por estar de viaje los próximos días, publico hoy el segundo capítulo de TARDE DE TOROS, espero que os guste.

Y ahora...............

TARDE DE TOROS



Pedro Fuentes


CAPITULO  II


27 de Agosto en  Tarazona de Zaragoza Fiestas Patronales en honor de San Atilano, a las doce del medio día, al tañir las campañas que señalan la hora, se abren las puertas del Ayuntamiento, de donde sale el Cipotegato.  Se trata de un personaje disfrazado de arlequín de la baraja, pantalón y chaqueta acolchados con anchas franjas horizontales rojas, verdes y amarillas y la cara cubierta con una máscara.
Durante siglos el Cipotegato era un empleado del Cabildo que salía a la calle para ahuyentar  a los críos para que dejen libre el camino de las procesiones que se celebrarán a continuación.
 Los chiquillos le respondían tirándole las verduras sobrantes y en mal estado del mercado.
Ahora es esperado por miles de personas, concentradas en la plaza de España,  éstas, al grito de “Cipote, Cipote”, comienzan a lanzarle tomates. Lo que empieza siendo un ataque al “Cipotegato” se convierte en una verdadera batalla campal entre todos los congregados allí.
El “Cipotegato” comienza una carrera vertiginosa por todo el pueblo, en un recorrido secreto. De vuelta a la  plaza, es izado hasta el monumento al “Cipotegato” que hay allí, siendo vitoreado por toda la  población y llevado a hombros hasta el Ayuntamiento.
Parece ser que la tradición del “Cipotegato” existe desde el siglo XVI o XVII.
Así comienzan las fiestas en honor al patrono de Tarazona de San Atilano, Obispo de Zamora nacido en Tarazona hacia el año 850.
A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, las corridas de toros empezaron a tener un auge importante y  en 1752 la Corporación Municipal, así como el Gremio de Agricultores y Ganaderos de Tarazona empezaron a tratar de construir un recinto para la celebración de corridas de toros.
Hasta enero de 1789, no surgió el intento definitivo, ocho personas de elevado poder adquisitivo, presentaron ante la Corporación Municipal, un proyecto para la construcción de una plaza de toros, prometiendo hacerse cargo de todos los gastos si les era donado el terreno en el Prado de la Virgen del Río, al lado de la iglesia del mismo nombre.
El proyecto era de una plaza octogonal, rodeada de tres viviendas por segmento y compuestas de planta baja y tres pisos, con la entrada por el interior y cuatro grandes entradas a la plaza que a los cuatro puntos cardinales siendo la del sur la puerta de cuadrillas, norte desolladeros, oeste la de toriles y este la del público. Los grandes balcones de las plantas primera a tercera eran unos perfectos palcos. En la planta baja y hasta la altura del suelo del primer piso se instalaban unos tendidos y barrera de madera y desmontables para los días de corrida. La Casa de la Presidencia fue cedida gratuitamente al Hospital de Tarazona.
Una vez aprobado el proyecto, se empezó a construir en 1790 siendo terminada en 1792.
Ese mismo año, el Corregidor de Tarazona se dirigió al Ayuntamiento para solicitar que se pudiese celebrar una novillada para celebrar las próximas fiestas de Santo Patrón, San Atilano.
Ese 5 de Octubre de 1792, coincidiendo con la fecha del nacimiento de San Atilano se inauguró la plaza de toros de Tarazona.
Desde el año 2001, esta majestuosa plaza posee el título de “Bien de interés Cultural”

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