SIN QUE SIRVA DE PRECEDENTE
Hoy voy a comenzar una sección nueva para este blog, van a
ser comentarios breves o no tan breves sobre algún pensamiento o noticias de
actualidad, no van a tener fecha de publicación, al contrario, serán sin fecha
ni horario fijo. Esto no implica nada en la publicación del relato de cada
semana, que seguirá siendo el mismo, día antes o después, dependiendo de lo
ocupado que esté.
Hecha esta aclaración, comienzo hoy.
El otro día, la noche del viernes 31 de Octubre y madrugada
del sábado 1 de Noviembre, la conocida como noche de difuntos, estuve en
Guadalajara viendo la representación del “Don Juan Tenorio” de José Zorrilla,
era la XXIV edición del Tenorio Mendocino. Uno de los encantos de este Tenorio,
es que se celebra en espacios naturales, aprovechando monumentos de la Familia
Mendoza.
El primeo era la Capilla de Luis de Lucena, la plaza quedó
convertida en La Hostería del Laurel, la previa las 19 horas, fue una especie
de feria medieval en el que al cambio de 1 maravedí se podía degustar queso de
la tierra, embutido alcarreño, un buen vaso de caldo calentito y vino manchego,
luego, a las ocho empezó el Tenorio. Se pasó luego al Palacio de la Cotilla,
Exterior de la casa de Doña Ana de Pantoja, luego al Convento de la Piedad,
Celda de Doña Inés, La quinta de Don Juan, en el patio de los Leones del
Palacio del Infantado, luego el Convento de La Piedad, en los jardines el Panteón
de los Tenorio, el zaguán del Infantado y ya el final, nuevamente en el Palacio
de La Piedad.
Total, seis horas de Don Juan Tenorio, lleno a rebosar en
una noche bastante cálida para Guadalajara, creo que el caldo caliente tenía
que haber acompañado hasta el final.
Todo excelente, por la obra, la interpretación y las
localizaciones, falta un poco de organización a la hora de mover al público y
colocarlo en zonas muy definidas, pero claro, con tal cantidad de asistentes,
no es nada fácil.
Por cierto, muchos niños y gente joven que prefirieron
aquello a el “halloween”.
Conozco Guadalajara bastante, ya que voy con asiduidad, es
una pequeña capital de provincias, llena de sabores, con una buena cantidad de
monumentos, casi todos fueron de la familia Mendoza y hoy patrimonio de la
ciudad.
Cuando hace ya muchos años, quizás demasiados, me tocó
cumplir el servicio militar, fui asignado como conductor al Teniente General
Don Iñigo López de Mendoza, Duque del Infantado, Almirante de Aragón y otros 20
títulos nobiliarios más, estoy orgulloso de haber servido a sus órdenes y
siempre digo, en plan de broma, que fui su compañero de armas durante un año de
mi vida.
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