Este capítulo será el último de esta temporada, a partir de ahora, y hasta pasado el verano, iré publicando algún relato corto, ya que encuentro muy difícil
seguir escribiendo las dos novelas en las que estoy comprometido. Además, desde ahora hasta septiembre, quiero dedicarme a la navegación, que ya sabéis que es mi gran pasión. Mientras tanto, os dejo este capítulo de Lucía.
A los lectores que se hayan incorporado últimamente. les dejo todos los relatos cortos para que puedan seguir leyendo y que sepan que en Editorial BUBOK hay publicados tres libros de este autor, una trilogía nominada "LAS HISTORIAS DEL BÚHO" I, II y III, relatos e historias de todo tipo.
Hasta la vuelta.
Y ahora.................
LUCÍA
Pedro Fuentes
Capítulo XXV
Engracia pasó la primera semana
ensimismada, cabizbaja y meditabunda, parecía que las palabras de sus amigos y
su hija, parecían haberla convencido pero no
hablaba con su hija sobre el embarazo, si acaso, lo único que hacía era
preguntarle por la mañana si había dormido bien.
Lucía seguía con su ritmo de
vida, se levantaba a eso de las nueve, arreglaba la casa, se acercaba casi cada
día al mercado y compraba lo que necesitaba, le gustaba consumir alimentos
frescos.
Ya conocía las diferentes
paradas del mercado y a sus gentes, alguno de los que allí trabajaban, de vez
en cuando le decían algo sobre salir algún día a tomar algo y los más osados,
la invitaban al cine o a bailar algún domingo, aunque los que la conocían desde
hacía tiempo, veían que era imposible, ella les sonreía y algina vez había
contestado con un “ya veremos” pero ese momento no llegaba nunca
.
Cuando volvía a casa, preparaba
la comida y parte de la cena, ya que ella cenaba cuando volvía del trabajo.
Comía con su madre mientras
veían la televisión a la que madre era muy aficionada, no se perdía ninguna
novela o serie que pusiesen en la tele, le daba lo mismo de qué tratasen,
además comentaba en voz alta lo que decían
y a veces tomaba parte en los diálogos, pero lo que más le gustaba eran los
concursos. El favorito “Un, dos, tres, con Kiko Edgard, no se perdía ninguno,
disfrutaba también viendo “La gran ocasión” donde tanta gente se daba a conocer
en el mundo de la canción. En fin, para ella la televisión era un dios, si no
salía en televisión no existía.
Una mañana, cuando volvía del
mercado, le pareció ver a alguien conocido, era Fernando, cuando lo vio se hizo
la despistada y cruzó de acera, pero él la vio y se hizo el encontradizo,
aunque se seguía poniendo colorado cuando Lucía le miraba, parecía haber
madurado algo y ya no tartamudeaba, o llevaba el papel muy bien aprendido.
¡Lucía! ¡Qué sorpresa! Sabía
que estabas en Madrid, por Rosario pero nunca me dijo dónde. ¿Qué es de tu
vida? Por las bolsas que llevas del mercado deduzco que vives por aquí, yo
tengo fiesta hoy y voy a la calle Luchana que he quedado con un compañero de trabajo.
Al final aprobé de cartero y trabajo por la zona de la calle Princesa. Aunque a
veces nos cambian de sitio para que conozcamos todas las zonas
.
Ven, te invito a un café, así
me cuentas algo de tu vida.
Es que tengo un poco de prisa
por llegar a casa.
Será un momento, y si no
puedes, te acompañaré hasta casa.
No, vamos a esta cafetería,
pero será solamente un momento.
Entraron y se sentaron,
Fernando sacó un paquete de ducados y le ofreció a ella.
No, gracias, no fumo.
¿Qué quieres tomar?
Un cortado descafeinado.
Se acerco el camarero a la mesa
que ocupaban y Fernando pidió el cortado
y un café solo para él
.
Cuando te marchaste del pueblo,
me quedé fastidiado, no me atreví a decirte nunca lo que sentía por ti y de pronto
vi que te había perdido.
Mi vida cambió de repente y
marché del pueblo.
Se dijeron un montón de cosas
que yo no creí.
La única razón fue que mi madre
estaba mala y aquí, en Madrid había buenos médicos y podría salir adelante
.
¿Querrías salir conmigo algún
día, a tomar algo, o a charlar?
No, Fernando, no puede ser.
¿Por qué?
¿No sales con Rosario?
Si, pero solamente como amigos,
en cambio contigo es diferente, me gustaría que nos conociésemos, que
hablásemos y si con el tiempo……
…
No, Fernando, no puede ser, hay
otro, al que quiero, está fuera, pero volverá y yo lo espero.
¿Y si mientras viene, salimos
tu prima, tú y yo, a charlar, a ir al cine, vamos, sin ningún compromiso?
No, no puede ser, no me gusta
salir por ahí, además, tengo que estar pendiente de mi madre que no se puede
quedar sola. Y ahora ya me tengo que ir,
lo siento, Fernando, eres un buen chico y te aprecio mucho, pero quiero a
Ricardo.
Ese Ricardo ¿Es tu novio?
Si, algo así, no somos novios
oficialmente, pero nos queremos y salimos juntos.
Pero… ¿No dices que está fuera?
Si, pero temporalmente y cuando
termine el trabajo que está haciendo, volverá y si no, me llamará para que mi
madre y yo vayamos a donde está él.
No lo creo, no creo que vuelva
nunca, se ha marchado y dejará detrás todo su pasado, cuando una persona tiene una
novia para casarse, no lo abandona todo y se marcha a otro sitio.
¿Acaso es lo que tú harías?
Yo por ti no me marcharía nunca
de tu lado, cuando te fuiste del pueblo y aun con todo lo que se llegó a decir,
yo no paré de buscarte, cuando alguien dijo que estabas por Madrid con tu tío,
empecé a estudiar como un loco para poder aprobar las posiciones con buena nota
y poder elegir Madrid. Luego, cuando ese alguien que dijo que estabas por
Madrid, le sonsaqué que te había visto en un bar de mala nota, al principio no
le creí, pero luego pensé que eras mejor que la mayoría de las del pueblo, que
mucho hacerse las mosquitas muertas y luego se iban a pasear al anochecer por
la carretera con el primero que les dijese “ahí te pudras” y vine aquí para
intentar encontrarte y cuando le saqué a Rosario por dónde vivías, he pasado
horas y horas, días enteros hasta que te encontré, porque no me importa nada de
lo que se ha dicho de ti, porque yo te quiero.
De manera que Rosario ¿te ha
dicho por dónde vivía?
No, no exactamente, me dijo que
por Chamberí y yo me he pateado desde Quevedo a
la Castellana, como sabía que te había encontrado por donde ella vive
pues solamente era cuestión de tiempo.
Ya le ajustaré las cuentas,
ahora me tengo que marchar y no insistas, lo nuestro además de que no puede
ser, es imposible y tú dedícate a Rosario, que además de buena chica, creo que
le gustas.