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viernes, 28 de febrero de 2014

AMOR VERDADERO (Capítulo II)

Ante todo quiero pedir disculpas por no publicar ayer, pero dificultades técnicas con internet lo impidieron.
Y ahora...................

AMOR VERDADERO
Pedro Fuentes
Capítulo  II




El invierno fue muy duro para Rodolfo, si no hubiese sido porque amaba locamente a Elisenda, se hubiese marchado a su tierra aunque fuese a lomos de un jabalí.
Tobi era un desastre, se pasaba el día en la casa corriendo detrás de una pelota y ladrando siempre que oía el más mínimo ruido.
Tres veces al día, la chica de servicio que tenía la dueña de Tobi lo sacaba a la calle, entonces se pasaba todo el rato yendo de árbol a farola y a cualquier cosa vertical marcando el terreno, una vez estuvieron a punto de partirle el lomo pese a que iba atado, porque la muchacha se despistó y el animal vio la escoba de un barrendero y no se lo pensó dos veces, le marcó la escoba y el buen señor se puso hecho una furia. Suerte que Charo, la chica estiró de la correa y lo subió a sus brazos con el peligro que tuvimos Elisenda y yo de caer al vacío.
Lo único bueno del día es cuando vamos al teatro de revistas, la dueña de Tobi lo arregla, le pone sus mejores ropas y lo lleva donde actúa ella, por lo visto es una gran vedette, aunque a mi no me gusta, prefiero el canto de los grillos y las cigarras en el campo, luego, cuando llegamos hay entre los pasillos y escaleras del teatro muchas personas muy raras, todas vestidas o más bien desvestidas con cuatro plumas, parecen disfrazadas de gallinas y los hombres, con unas medias ajustadísimas y hablan muy raro, no como los hombres que pastorean a las ovejas y si te subes a sus brazos tienes que tener mucho cuidado para no caerte, porque los mueven mucho, luego, a veces no sabes a quién picas, porque estás tan tranquilo pegándote un lingotazo de sangre y de pronto se ha arrimado otro y sin querer te vas con el nuevo, luego están los que beben algo que si los sorbes mucho te entra alegría y luego mucho sueño.
Una vez, mes estaba poniendo morado de sangre con coñac y restos de un perfumen que llamaban “nosequé 5” y después de ponerme a bailar, me caí borracho como una cuba y me dormí, cuando desperté había pasado un día y estaba entre unas plumas.
Elisenda se puso hecha una furia, pensó que la había abandonado, me chilló, y chilló, y chilló y a mi me dolía todo el cuerpo. Cuando volví a Tobi se puso a llorar como una loca y me dijo que me había echado mucho de menos y pensó hasta no volver a Tobi, pero luego se arrepintió y volvió a casa con él.
Desde entonces voy con mucho cuidado con lo que libo, no sea que me siente mal, pero si no fuese por esos ratos y otros mejores en compañía de Elisenda no podría resistir hasta la primavera.
Elisenda ya ha puesto algunos huevos en el teatro, porque dice que quisiera que nuestros descendientes fueran artistas como toda su familia, pero yo quisiera que fuesen pulgas campestres como yo, así que en cuanto pasen por aquí las ovejas camino de la Sierra de Gredos, nos iremos con ellas y luego, después del verano iremos a Extremadura para llenar, junto con otras congéneres los establos.
El invierno se hace cada vez más largo, mirándolo fríamente, no se puede vivir mucho tiempo a ese ritmo, he conocido a muchos congéneres en el teatro y en un parque muy grande al que vamos a pasear con Tobi, gracias a nuestros enormes saltos, si andas con cuidado puedes apearte de tu guarida y pasear por la arena y otros perros, hay algún conocido que se ha atrevido a montarse en una paloma y ha volado, dice que es fabuloso, pero yo no me atrevo, si no tuviese una familia a lo mejor lo haría e iría a correr aventuras, pero perdería a Elisenda, además, aunque las pulgas cuando ponen los huevos se desentienden de ellos, te gusta que tus descendientes estén poblando sitios cerca de ti.
Ahora salimos más veces a pasear con Charo, porque ésta ha conocido a un humano, es joven como ella y viste de una forma muy rara y lleva botas y gorro. Como a veces se sientan los dos muy juntos, bajé de Tobi y me acerqué a él, tuve que dar un gran salto para evitar las botas, pero luego, cuando le piqué saboreé la sangre, es parecida a las de los humanos que llevan el ganado, fuerte, espesa y de sabor más natural.
Se enfadó mucho el humano cuando le piqué, dio un manotazo y por poco me pilla, pero no le echó la culpa a Tobi sino al sitio donde se aloja, me pareció entender que decía “cuartel”.
Ahora no subo a él si no está con las manos ocupadas con las de Charo o en cualquier otro sitio.
Elisenda dice que prefiere chupar la sangre de Charo, que sabe como a desinfectante pero con buen olor y no hace daño.
Lo peor son los días que llueve, entonces no nos sacan de casa y si tenemos hambre tenemos que chupar a Tobi y se pone como una fiera a dar patadas por la zona de picada, por lo que Elisenda y yo nos ponemos cada uno a un lado para que no sepa donde rascarse. Tenemos que hacerlo cuando no hay humanos porque si no, dicen que el chucho ha cogido bichos y le ponen una colonia que te deja casi para morir.

jueves, 20 de febrero de 2014

AMOR VERDADERO (Capítulo I)

Hoy publico el primer capítulo de un relato de tres, es una historia de amor, pero algo diferente, algo que creo no se nos ocurriría a la mayoría de los mortales.

A veces te llega la inspiración en el momento que menos te esperas y entonces la aprovechas.

Picasso dijo: "Cuando te llegue la inspiración, es importante que te encuentre trabajando". Muchas veces no pasa eso, este relato, tierno y sencillo me vino cuando compraba un collar antiparasitario a mi perrita Linda.

Y ahora...................

AMOR VERDADERO
Pedro Fuentes
Capítulo  I

Aquella mañana, cuando desperté no pude imaginar lo que me deparaba el futuro a partir de aquel momento, el sol estaba apareciendo por el horizonte, éste estaba teñido por un tono entre rosado, malva, anaranjado y rojo, no había ninguna nube en el cielo. Un bucólico día de campo, como tantos otros pero tan diferente, me felicité por otro día que veía el amanecer,  no siempre amanece a gusto de todos, pero, si ves amanecer, es que estás vivo y si estás vivo ya es un milagro.
Cuando llegó el pastor, con sus dos perros, ya noté algo diferente, los pastores estaban más arreglados, sus ropas eran más típicas, luego me enteré, hoy toca la etapa de pasar por las calles principales de Madrid, hoy se celebra la fiesta de las trashumancia, el ganado pasará por la Cañada Real y yo también a lomos de una oveja como llevo haciendo desde que salimos de Extremadura, si, soy una pulga y habito en una oveja desde que nací, mi madre me puso en forma de huevo en un establo, allí pasé mi etapa de huevo, pupa y larva, cuando terminé mi desarrollo, ya convertido en pulga, salté sobre una oveja y desde entonces la habito, hay alguna otra, pero este ganado está bastante cuidado y no somos muchas, además, en el tiempo que estamos de trashumancia, los establos son gaseados y pocas colegas sobreviven al asesinato colectivo, yo fui una de las sobrevivientes a la etapa anterior y la verdad es que desde entonces he llevado una vida apacible en el campo, donde me gustaría llegar al final de mis días, aunque ya adulto, hecho de menos la compañía de una pulga hembra que quiera perpetuar la especie en mi compañía.
Ya nos ponemos en marcha, somos muchas las ovejas que caminan siguiendo a las guías, van apretadas unas contra otras porque se orientan muy mal y se perderían, además tienen miedo a los perros que las acompañan.
Yo viajaba en una oveja merina, al lado justo de la acera, las gentes, y sobre todo los humanos pequeños estaban en primera fila, sus padres detrás les ayudaban a alargar la mano para que no tuviesen miedo a acariciar las ovejas, una de aquellas manitas me pasó rozando y a punto estuve de quedar enganchado a ella, solamente me salvó que estaba fuertemente enganchado con la especie de garfios que tenemos al final de mis extremidades para evitar que si la oveja echaba a correr me dejase en el suelo.
En un rato de tranquilidad, al pasar por una plaza donde en el centro había una fuente en forma de mujer en un carro tirado por leones, estuve paseándome de un lado para otro por ver si alguno de mis congéneres viajaba en el mismo animal que yo.
Iba distraído por la barriga de la oveja cuando la calle se volvió a estrechar y el ganado se entorpecía para poder tomar el nuevo camino.
De pronto, sin saber ni cómo ni por qué un perro de los que yo no había visto jamás, pequeño, peludo, con un lazo en la cabeza y vestido como si fuese una persona, se acercó a mi cabalgadura, sorprendiendo a su dueña, que lo llevaba atado e intentó morder a la oveja, con tan mala fortuna que al ir distraído y medio sujeto, al agarrarme fuertemente, me encontré en las barbas de aquel fiero animal.
La experiencia me ha enseñado que cuando subes a un perro, el sitio más seguro es en la parte inferior del cuello, allí, si no lleva uno de esos collares tan desagradables que nos repelen, el no nos puede morder y además la sangre que pasa por allí es la más rica en nutrientes.
Al pasar por entre la ropa que llevaba, ya al final, a la altura del cuello del abrigo, divisé algo, me acerqué y vi una hermosa pulga de color más claro que yo, lo que la distinguía como las conocidas pulgas del gato y del perro, mi color, como pulga del ganado es más oscura, un marrón oscuro que a veces parece negro.
¡Hola! Preciosa, le dije.
Me devolvió un mohín y miró para otro lado.
¡Hola! Preciosa, ¿quizás los ladridos de este fiero animal no te han dejado oír?
Ya le he oído, pero no esperará que me dirija a una pulga de campo que se alimenta de sangre de oveja y que no me han presentado.
Vaya con la señoritinga de ciudad, me llamo Rodolfo,  vengo a la ciudad desde una extensa explotación ganadera y soy descendiente de una estirpe de pulgas que habitamos no en cualquier sitio sino en un rebaño de ovejas merinas, lo más selecto del ganado lanar y no en un perro chillón de ciudad que lo tienen que vestir como un humano para que no se muera de frío.
Sepa usted, que ese delicado perro, que no comparto con nadie, pertenece a una actriz de revista que me lleva cada día al teatro donde actúa y allí he tenido ocasión de picar a las más bellas vedettes de la capital, además, tenemos un cuplé dedicado a una tatarabuela mía, porque yo soy descendiente directa de la famosa pulga de la Chelito y mi abuela hasta hace poco picó a Olga Ramos y por si le interesa mis abuelos, tíos y mucha familia trabajaron en el Circo Price a las órdenes de un famoso domador de pulgas, además de que allí han picado hasta fieros leones que también trabajaban allí.
Vaya, y ¿qué es eso comparado con la apacible vida en la campiña, donde los colores y olores no se desvirtúan con nada? Y ¿Qué tiene la señoritinga que decir de dormir envuelta en pura lana virgen? Solamente con escuchar el estridente ladrido de semejante aprendiz de perro, ya me cansa vivir en la ciudad, menos mal que solamente pasamos dos veces al año.
Para que usted lo sepa. Me llamo Elisenda y no sabe lo que es cada noche ir a la revista y dedicarse a saltar por el patio de butacas de tobillo en tobillo tanto de señoras como de caballeros y muchas de las veces con un leve sabor a alcohol creando un delicioso cóctel que te alegra el corazón y luego, cuando vuelves a tu amada cabalgadura el limpio y aseado perrito, como ya vas bien alimentada, no tienes necesidad de picarlo, con lo cual no se entera de que vives allí y no te molesta con violentos rascados con las patas.
Como se nota que no sabes de la belleza de un bonito amanecer, del canto de los pájaros y del vuelo, yo sé de algún compañero que ha logrado habitar un ave y ha volado por los cielos, contemplando las montañas y los prados desde arriba, vosotros los de ciudad y que habitáis perros y gatos no sabéis nada de la naturaleza, si alguna vez tengo hijos, me gustaría que disfrutasen de la sana y bonita vida en el campo.
Si, si piensas así, lo que no tendrás será una pulga fina i delicada, para unirte a ella, sino una que no tenga olfato y no distinga el pestazo a lana sucia y que sea ciega para no ver todos esos pelos enmarañados de las ovejas y sorda, para no oír ese balar continuo y encima esos perrazos persiguiéndote todo el día.
Me parece que la gente de ciudad no sabe de las maravillas de vivir en el campo, así que yo, ahora, te invito a pasar una temporada en el campo, todavía estamos a punto de coger una oveja y en dos días estaremos en casa.
¡Huy!, ¡No! Ahora viene el invierno y no estoy dispuesta a pasarlo en medio del campo o en corrales apestando a oveja, con lo calentita que estoy yo en el invierno en mi casa de Madrid, además, ahora empieza la temporada de teatro y revista y estaré cada día de marcha, hasta es posible que vea algún familiar mío.
Bueno, si es así y me invitas, podré pasar el invierno contigo y en primavera, cuando las ovejas pasen por aquí camino de la montaña podemos ir con ellas.
En ese momento, el perro salvaje, que se llama Tobi, pegó un salto detrás de una oveja y si no llega a ser por los reflejos y la fortaleza de Rodolfo, que sujetó a Elisenda hacia sí para protegerla, ésta hubiese caído a tierra.
Elisenda se agarró a Rodolfo con todas sus patas y éste aprovechó para abrazarla cariñosamente.
Al fin, después del abrazo que duró más de lo previsto, las dos pulgas, decidieron unir sus vidas y quedarse el invierno a vivir en Madrid.

jueves, 13 de febrero de 2014

EL ULTIMO VIAJE DEL "DESTINO" Capítulo XII

Hoy termina el relato que tantos días, once semanas, llevamos leyendo. Espero que os guste y espero también que Menorca os atraiga como atrajo a Ricardo y a mi mismo. Meta de tantos cruceristas que cada verano nos acercamos navegando a esta encantadora isla, así como al resto de las Baleares.

Y ahora.................

EL ULTIMO VIAJE DEL “DESTINO”

Pedro Fuentes

Capítulo  XII
A las siete de la mañana salimos a mar abierta para empezar la última etapa del “Destino”.
Llevamos 20 días desde que nos conocimos, de ellos 11 los llevamos desde Ciudadela al Puerto Tomás Maestre en Murcia y luego subir para Blanes. Toda una vida navegando.
Hemos hablado de todo, de lo divino, de lo humano, de nuestro pasado, de nuestro presente y sin embargo en ningún momento hablamos de nuestro futuro, sí,  ella volverá a la escuela y yo a mi nuevo barco “El Solitario” ¿Será eso una premonición?
Gracia duerme, siempre la primera etapa es mía, hoy el terral es bueno, sopla con fuerza y lo tomo de través, también yo me estoy acostumbrando a no usar el piloto automático, me gusta sentir la caña del timón, parece como si el barco te hablase, te pide el rumbo, sientes el viento al incidir en las velas y parece que de menos guiños.
Me gusta Menorca, me encanta y enamora, pero me encuentro lejos de todos lados, aunque parezca mentira, mi espíritu solitario se deprime cuando llevo mucho tiempo en la isla, es curioso, le pasa a mucha gente, por lo visto las depresiones son más numerosas en las islas que en tierras del continente.
A veces últimamente me he planteado irme a vivir a Menorca, sobre todo después de conocer a Gracia, pero ¿Cuál es el pensamiento de Gracia con respecto a eso?
Faltan diez minutos para las nueve, se abre el tambucho y aparece Gracia con las dos tazas de café humeante y dos magdalenas, parece una diosa, llega hasta mí, me da un beso en los labios, coloca el desayuno en la pequeña mesa portátil que llevamos en la bañera, yo conecto el piloto automático y nos disponemos a desayunar.
¿Cómo lo llevamos?
Bien, ahora empieza a bajar el terral y parece que pronto tendremos el sur. Me parece que pondremos pronto el spi, así se nos verá bien cuando basemos la entrada del puerto de Barcelona.
¿Has visto la cantidad de aviones que hay?
Si, estamos a la altura del aeropuerto del Prat en Barcelona.
¡Gracia! ¿Sabes que llevamos navegando juntos en este viaje 11 días y 9 más desde que nos conocemos?
Si, cariño, pero parece que sea toda una vida.
¿Sigues con la idea de ir a buscar el barco a Murcia y seguir navegando el resto del verano?
Si, claro, en eso hemos quedado, ¿no? Es el mejor verano de mi vida, estoy haciendo lo que siempre me ha gustado y encima lo comparto contigo, creo que mis cicatrices se han curado, pero ¿Tu qué quieres hacer?
Yo deseo navegar contigo hasta el fin del mundo, además deseo que el nuevo barco, aunque se llame “El Solitario” compartirlo contigo.
La conversación terminó con un prolongado beso.
¿No te vas a echar un rato?
No, estoy descansado, además vamos a entrar en la zona de los barcos de Barcelona, te dejaré el timón y me tumbaré un rato en la bañera.
Recogí las tazas y la mesa, puse mi cabeza en el regazo de Gracia, ella empezó a mecerme el cabello, luego acarició mi barba y me quedé dormido.
Cuando desperté estábamos a la altura de las chimeneas de Badalona.
¿Ya estamos aquí? ¿Cuánto he dormido? ¿Has pasado Barcelona tú sola?  ¿Ha habido problemas?
Te contestaré por orden:
Si, mucho, si y no.
Estabas tan bien dormido, parecías un niño de pecho.
Con semejante almohada se relaja cualquiera.
¿Cuánto nos queda?
Unas treinta millas, unas cinco horas, ahora estamos a la mitad del camino más o menos. Sobre las seis de la tarde llegaremos si seguimos a este ritmo. Cuando estemos más cerca llamaré al nuevo propietario para entregarle el barco mañana, no sé si el nuevo armador le cambiará el nombre, pero para mí este viaje será:
EL ULTIMO VIAJE DE “EL DESTINO”
Bueno, cielo, esta siesta me ha dado hambre, ¿Te apetece un bocadillo y una cerveza?
Perfecto, pero no te voy a dar el timón, estoy muy a gusto, y luego, cuando tomemos el bocadillo quiero que vuelvas a la posición de siesta con almohada.
Me levanté, bajé a la cabina y preparé el par de bocadillos, saqué dos cervezas y subí de nuevo con Gracia, ésta puso el piloto automático en marcha y nos dispusimos a comer el bocadillo, las provisiones tocaban a su fin, no tendríamos que dejar nada en el barco, solamente unas cervezas y alguna lata, porque las bolsas de frutos secos que siempre llevamos, volverían a casa con el equipaje, que lo habíamos reducido al máximo para no cargar mucho, puesto que la idea era marchar hasta Benicarló en tren.
Los puertos se iban sucediendo, Badalona, El Masnou, Premiá, Vilassar, ya se divisaba Mataró, de todos los puertos salían y entraban embarcaciones, estábamos a 4 de Julio, el verano estaba allí y el tiempo era bueno.
Ya a la altura de Arenys de Mar llamé al nuevo propietario, me dijo que el amarre era el mismo donde amarré cuando fuimos a probar el barco, iría al club de vela para que estuviese libre, le dije la hora aproximada de llegada y me comunicó que estaría allí para recibirme, avisaría al notario para el día siguiente a primera hora firmar papeles y así poderme marchar para casa.
Gracia y yo esperaríamos aproximadamente una semana hasta que me llamaran del Tomás Maestre para firmar la compra del “Solitario”. Así podríamos descansar y hacer excursiones por toda la zona de Benicarló.
Mira, Gracia, allí al fondo, aquel saliente que hay es el delta del Tordera, cuando pasemos aquel, por cierto, algo abiertos, ya estaremos en Blanes, hay una larga playa y luego unas rocas que salen hacia el mar, aquello es lo que se denomina la Palomera, puerta de la Costa Brava, detrás está la playa del centro de Blanes y luego ya el puerto.
Cuando pasamos la Palomera, pusimos proa al viento, arriamos velas y entramos a motor, por fin Gracia me cedió el timón.
Entramos en el Club de Vela hasta el último pantalán, allí nos esperaba el futuro propietario y un marinero, nos dieron los cabos y amarramos, pusimos las defensas y ayudamos a Fernando, el nuevo armador, a subir a bordo.
Otra vez la rutina de siempre, doblar y adujar correctamente las velas y los cabos, manguerazo a todo el barco y luego nosotros a las duchas.
Nosotros dormiremos en el barco esta noche, le dije a Fernando, ¿A qué hora firmamos mañana?
A eso de las diez, si quieres te vendré a recoger a las nueve y media y vamos juntos.
Correcto, ¿Quieres ver el barco o que te explique algo?
Si, bueno, ya lo conozco, pero no está de más ver todo lo que es mantenimiento, baterías, aparatos eléctricos, equipo de seguridad, etc.
Mira, nosotros ya hemos recogido nuestras cosas en Benicarló, los efectos personales los tenemos en estas dos bolsas, el resto es lo que queda en el barco, balsa de salvamento equipo de seguridad, todo en regla, como ya te dije, la ITB está recién pasada, quedan cuatro años para la próxima y mira, en esta carpeta están todas las revisiones, cambios de aceite, mantenimiento de las baterías, todo.
Además te puedo garantizar una cosa, está a toda prueba, cuando estuve la otra vez, te dije que iría a Benicarló y que volvería para firmar, bueno, pues se me cruzaron un poco los cables y me fui a Menorca, después de darle un par de vueltas a la isla, me avisaron que en Murcia había un barco como el que estaba buscando, que por cierto es de unos que viven en Tordera, así que cogimos el barco y nos fuimos a Cabrera, Formentera, Calpe, donde dejamos el Furia y nos fuimos en coche porque anunciaban mal tiempo, compré el otro barco y tiramos para Blanes, en tres etapas, Puerto Siles, Vilanova y Blanes, todo ha funcionado correctamente y el barco ha respondido. Si cuando te dije de bajar conmigo a Benicarló hubieses dicho que sí, habría sido un fantástico viaje. Por cierto, la carta que hemos utilizado nos la llevamos de recuerdo, y si no te importa nos llevaríamos también el pabellón español.
Mañana cuando firmemos queremos coger el tren para marchar a Benicarló, si te parece, si quieres hoy vamos a cenar.
No, gracias, tengo un compromiso ineludible, otra vez será.
Nos despedimos hasta el día siguiente y nos fuimos a pasear para luego ir a cenar.
Gracia y yo, cogidos del brazo, nos fuimos a pasear por el pueblo, las gentes nos miraban y no sabíamos por qué, luego caímos, además de parecer una pareja feliz, lo éramos y encima estábamos negros como tizones después de 20 días navegando y eso que en ningún momento nos pusimos a tomar el sol, cosa peligrosa cuando tienes que estar tanto tiempo al aire libre.
Cenamos en un restaurante del puerto unas gambas y dorada salvaje al horno, todo ello regado con una sangría de cava. Luego tuvimos que volver a pasear para bajar la comida, después marchamos al “Destino”, era la última noche y había que celebrarla.
Al día siguiente fui a firmar y cobrar, luego el nuevo propietario y yo volvimos al barco donde me esperaba Gracia, hicimos la entrega del barco y bajamos con nuestras bolsas, ya en el muelle volvimos la mirada al barco y nos besamos y en aquel beso se confundieron las lágrimas saladas al “Destino” que tanto había influido en nuestro DESTINO.

FIN

jueves, 6 de febrero de 2014

EL ULTIMO VIAJE DEL "DESTINO" Capítulo XI

Capítulo XI del "Ultimo viaje........." Faltan dos capítulos con el de hoy, espero que os siga gustando, por lo menos como hasta ahora, por fin nuestro Ricardo parece que ha encontrado la felicidad que la vida le ha negado en muchas ocasiones.

Y ahora.............

EL ULTIMO VIAJE DEL “DESTINO”

Pedro Fuentes

Capítulo  XI
A la mañana siguiente, y para no perder la costumbre, salimos rumbo al NE, la idea con las primeras luces del día, aunque tuviésemos que abusar del motor, nos interesaba pasar el delta, rozando la punta de la baña lo más temprano posible para evitar los fuertes vientos que suele haber en aquella zona, luego, casi manteniendo el rumbo, si soplaba el Levante, como estaba previsto, lo cogeríamos de bolina. La intención era llegar a Vilanova a eso de las veinte horas, si nos retrasábamos, entraríamos en Torredembarra.
La primera parte de la etapa, aprovechando el terral y el motor, la navegación fue bastante tranquila.
Me quedé yo al timón y dejé a Gracia que durmiese todo lo que quisiera, ya que luego, sobre todo si se levantaba el viento previsto, lo mismo teníamos que navegar  muchas horas. Queríamos llegar cuanto antes a Blanes ya que nos esperaban y además nos habíamos prometido unos cuantos días de asueto hasta volver a Murcia a por “El Solitario”.
A las nueve teníamos por proa y a babor el cabo de Tortosa, Gracia salió de la cabina con cara de sueño pero con un par de tazas grandes de café humeante y dos bollos.
¡Hola, amor! ¿Qué tal vamos?
Bien, la estamos a medio delta, allí aparece el cabo de Tortosa y por ahora no aparece nada de viento, pero no tardará, ya se empieza a rizar el mar un poquito, tendremos levante.
Nos pusimos a desayunar el uno junto al otro bien abrigados porque el sol todavía no calentaba lo suficiente. A estribor teníamos varios barcos arrastrando y nos íbamos cruzando con las palangreras de San Carlos, Vinaroz y Benicarló.
¡Gracia! ¿Cómo vas de cansada?
No, no estoy cansada, me siento bien, jamás me había sentido tan libre y en paz conmigo misma, el día que nos conocimos en Maó, estaba hundida totalmente, mis amigas me “sacaron” aquella noche porque me veían totalmente hundida, me parece que incluso fue mi madre la que las llamó al verme como estaba, encima era fin de curso, siempre quise ser maestra y lo soy muy a gusto, pero no te puedes imaginar lo que quema, y no por los críos, que al fin y al cabo no son malos, el mayor problema que tenemos los maestros son los padres de los alumnos.
Llevamos navegando un par de semanas, pero te juro que es lo mejor que me ha podido pasar, sería capaz de dar clases durante dos años seguidos sin vacaciones. Parece como si llevase toda la vida en este barco y contigo.
Si, a mi también me parece que llevemos toda la vida juntos, además, disfruto navegando contigo, nos compenetramos del todo, claro que hasta ahora hemos tenido mucha suerte, ya veremos cuando nos pille una rasca buena y en una de esas travesías que llegas al punto de no retorno y tienes que seguir para delante pase lo que pase, o que por avería o mal tiempo nos encontremos a la deriva durante un par de días como les ha pasado a muchos.
No llames al mal tiempo y mientras tanto disfrutemos del bueno.
Supongo que cuando nos encontremos, responderemos como hemos aprendido y con la experiencia necesaria.
Empezaba a arreciar el levante y allí se acabó la charla, a partir de entonces el viento fue subiendo y cada vez la mar se encrespaba más,  los rociones empezaban a ser continuos, el barco se comportaba bien en la ceñida pero la ola era alta y la proa la rompía y de vez en cuando los pantocazos estremecían todo el barco, al final terminamos poniendo el toldo anti rociones.
Gracia reía y me decía:
¿Ves lo que pasa por hablar del mal tiempo?
Aquel día nos movimos más que un garbanzo en la boca de un viejo, pero el barco se estaba portando, bajamos algo la velocidad, pero tampoco tanto que nos hiciese meternos en puerto antes de lo calculado, entramos en Vilanova cuando ya empezaba a oscurecer, las oficinas ya estaban cerradas y el vigilante, al decirle que saldríamos temprano, nos dio amarre en el lateral de la gasolinera, que ya estaba cerrada, le dimos un manguerazo rápido al barco y nosotros una buena ducha, luego nos marchamos al restaurant del club por cenar algo caliente.
Las previsiones para el día siguiente eran de sur, sería una etapa, la última con buena mar y viento a favor, sesenta millas y el único problema cruzar la entrada al puerto de Barcelona, habría mucho tráfico y encima los barcos fondeados esperando para entrar en puerto, o sales mar adentro, con lo cual pierdes mucho tiempo o te dedicas a sortear los barcos y entre ellos al Milenium y similares, que parece no encomendarse a nadie cuando entran y salen.
Después de cenar salimos a pasear por Vilanova y la Geltrú, hacía mucho tiempo que no pasaba por aquí, las sucesivas ampliaciones del puerto deportivo han sido de gran envergadura y la zona de grandes yates algo que se estaba necesitando, han sabido pensar en el futuro y han apostado por un turismo náutico de gran calidad. Cosa que no han sabido hacer en muchas poblaciones que a pesar de estar junto al mar han vivido de espaldas al mar sin saber invertir en un turismo de calidad y con futuro que es el que no va a fallar cuando llega la crisis.
Después del paseo volvimos al barco, nos fumamos un par de cigarrillos y tomamos una copa de hierbas menorquinas y nos fuimos a dormir.

jueves, 30 de enero de 2014

El último viaje del "Destino" Capítulo X

Otra vez en casa, en mi PC, el de toda la vida, el portátil, el que viaja siempre conmigo tiene algún problema, habrá que ponerlo en marcha para el próximo viaje, que espero no sea tan precipitado como éste.

Seguimos con "El último..... Capítuño X" este relato ya está llegando al final, pero este final no es el de Ricardo, siguen sus aventuras, ya irán saliendo.

Y ahora................

EL ULTIMO VIAJE DEL “DESTINO”

Pedro Fuentes

Capítulo  X
Con la previsión de viento del sur a la mañana siguiente salieron rumbo norte con la intención de llegar todo lo lejos que el tiempo y el cansancio les permitiese.
Nada más salir de la bocana del puerto de Calpe izaron la mayor y el spi.
Hasta La Nao y San Antonio tuvieron un poco de mar de fondo, pasado San Antonio bajó un poco el viento pero también la mar bajó y el barco navegó mucho mejor, al no ser retenido cuando subía la ola.
Las provisiones empezaban a escasear, tendríamos que pensar en comprar algo en el próximo puerto que calcularon que sería puerto Siles si seguían al ritmo que llevaban, la idea era llegar al siguiente día hasta Benicarló, para el siguiente día pasar el delta y llegar lo más al norte posible para al otro día llegar a Blanes.
¿Sabes que con las prisas nos olvidamos de parar en Alicante para ver a tus sobrinos? Le dije a Gracia, pero no importa, cuando bajemos a por el barco pasaremos.
Pasamos Valencia pendientes de los barcos que entran y salen de allí y de los fondeados en las boyas de espera, ya íbamos a rumbo a Canet de Barenguer  pero un poco más abierto para pasar el muelle de carga que hay a la entrada del puerto de Sagunto.
Para comer tuvimos que empezar latas que siempre llevo en el barco en previsión de algún contratiempo y galletas, el poco pan que llevábamos estaba duro.
Llegamos a puerto Siles a las 19 horas, la entrada en puerto Siles, con mala mar no es muy segura, sobre todo si se llega del norte con viento sur, además es un puerto que a menudo hay que dragarlo porque se acumula mucha arena en la bocana, pero esta vez la cosa fue bastante bien.
Nos dieron amarre en el muelle de honor al saber que íbamos a salir temprano. Gracia preguntó por un supermercado y le indicaron, no estaba muy cerca que digamos, pero mientras yo arreglaba papeles y fregaba el barco, ella fue a comprar provisiones, se llevó un carro plegable que siempre llevo conmigo.
Consulté las previsiones de tiempo y seguía el sur, continuábamos con suerte. La siguiente etapa sería Benicarló, así sacaría del barco todo lo no imprescindible puesto que cuando llegásemos a Blanes entregaría el Furia.
Aproveché para llamar a Biel y decirle que en cuanto firmara los papeles, se los enviaría para preparar los trámites para cuando llegásemos a Ciudadela con el barco, pasar las inspecciones correspondientes para la lista 6ª.
Cuando llegó Gracia descargamos los víveres en el barco y después de la consabida ducha nos fuimos a pasear para desentumecer las piernas.
Canet de Berenguer es un bonito pueblo de la Comunidad Valenciana, con una de las mejores playas de la zona.
Tiene la particularidad de que el faro que existe en la población fue construido a unos 300 metros de la playa, tierra a dentro, en una antigua torre, esto ha hecho que para no tapar el faro, las casas construidas en el paseo del mar no podían tener sino dos alturas como máximo, con lo cual ha quedado un paseo de unos 1.500 metros, muy cuidado y amplio, sin grandes edificaciones.
En este hermoso paseo, totalmente peatonal, estuvimos paseando Gracia y yo, nos sentamos un rato en una terraza y luego, ya a la vuelta cenamos en el club, después de la cena, unos socios que estaban sentados en la terraza, tomando unas copas nos invitaron a sentarnos con ellos a charlar y a contar historias marineras, fue una lástima tenernos que retirar pronto porque al día siguiente nos tocaba otra travesía de unas sesenta millas para no perder la costumbre.
Salimos a las siete en punto a navegar, tuvimos que poner en marcha el motor, porque a aquellas horas solamente soplaba un ligero terral que nos acompañaría hasta cerca de las diez que entró de nuevo el sur tal como estaba previsto.
Tanto Gracia como yo nos maravillábamos de la suerte que estábamos teniendo con el viento.
Cuando empezó a rizarse ligeramente el mar, izamos velas y preparamos el spi para izarlo en cuanto soplara un poco más, mientras tanto nos acompañamos con el motor porque teníamos muchas millas por delante, queríamos llegar a Benicarló lo antes posible para vaciar en mi casa todo lo no imprescindible y que no iba a entregar con el barco.
Otra travesía tranquila, buen viento y favorable, lo malo el calor, navegamos con spi totalmente de empopada y en el  barco no corría ni una brizna de aire, al final, nos fuimos turnando para estirarnos en proa, debajo del spi, era la única forma de coger un poco de aire, luego nos entretuvimos en refrescarnos saltando por popa sujetos con una línea de vida, siempre con uno al timón, es una gozada, con la buena velocidad que llevábamos era un fabuloso hidromasaje.
Las horas iban pasando y no parábamos de charlar, ya sabíamos cada uno de la vida del otro.
Gracia hizo que le contase cómo había sido mi infancia y juventud, cuando le estaba contando como habían muerto mis padres, luego como perdía a mi hermana y mi cuñado y como había perdido a tanta gente a mi alrededor, a la pobre Toñi y a algunos más, dos lágrimas se le escaparon y de aquellas turquesa que tiene por ojos y rodaron por sus mejillas, luego le conté como siendo monaguillo en mi pueblo participé en la inauguración de un tiovivo y ya no sabía si reír o llorar, la verdad es que mi vida, hasta ahora no tenía desperdicio.
El día era claro, así que cuando estábamos a la altura de Oropesa pudimos ver, en el horizonte las Columbretes.
Mira, Gracia, las islas Columbretes, cuando subamos de Ciudadela con el barco nuevo, pararemos allí a bañarnos, las gentes de la zona de Benicarló y Vinaroz, cuando van a Ibiza suelen hacer noche allí, que es la mitad del viaje y a la mañana siguiente llegan a San Antonio.
Nos quedan unas veinticinco millas, si todo sigue así, en unas cuatro horas estaremos amarrando en casa. Dormiremos en mi apartamento y mañana nos levantamos tarde, descargamos las cosas que hay que dejar en Benicarló y nos tomamos el día de descanso, al día siguiente seguiremos la subida, una vez pasado el delta del Ebro, todo será más suave, en este tiempo cogeremos si va bien más Sur o Levante, que nos hará trabajar más pero tampoco irá mal un poco de ceñida.
Por fin entramos en Benicarló, lo primero que hacemos es repostar de gasoil, luego vamos al amarre que tengo asignado y una vez amarrados, llega la rutina de siempre, fregar el barco, plegar bien las velas, adujar los cabos, luego la limpieza nuestra.
Como el coche lo tenía en el aparcamiento de la marina, empezamos a recoger trastos, cañas de pescar, y todo aquello que no iba a entregar con el barco, GPS de bolsillo, walki portátil, equipo de cartas, reglas, compases, etc. En fin, el coche lleno, todo fue al trastero que tengo en el aparcamiento debajo del apartamento. Ya habría tiempo en invierno de reordenar todo.
Subimos a mi casa, lo primero que vio Gracia, fue el gran balcón, abrió la persiana y dijo:
Claro, como no, mirando al mar y seguro que si lo busco, veré el barco desde aquí.
No, el barco no se ve, el puerto de enfrente es el muelle comercial, donde están los pesqueros.
Nos arreglamos y salimos a pasear un rato para desentumecer las piernas.
Como hemos llegado antes de lo previsto y encima, el trabajo que teníamos para mañana, el recoger, ya está hecho, no nos queda sino pasear, cenar, pasear un rato para bajar la cena y mañana día de asueto completo.
A la mañana siguiente, a las nueve en punto, nos despertamos sobresaltados, no me acordaba de que la señora Hortensia pasa una vez cada semana a limpiar la casa y a regar las plantas que ella misma pone porque dice que crean un ambiente positivo en la casa.
Cuando saltamos de la cama ella también se asusta, no nos esperaba en casa. Al ver a Gracia salir de la habitación con mi camisa del pijama, le veo una medio sonrisa pícara, su tema favorito de conversación es:
¿Por qué no se busca una buena chica para compartir la vida, Ricardo?
Nos arreglamos y decidimos ir a Peñícola que Gracia no lo conoce y ayer, cuando divisamos el castillo desde el mar le dejó impresionada.
Cogimos la moto para evitar problemas de aparcamiento y nos marchamos por el camino de la costa.

viernes, 24 de enero de 2014

EL ÚLTIMO VIAJE DEL "DESTINO"

Por motivos urgentes, no pude publicar ayer jueves, hoy, en un terminal no mío y extraño, intentaré hacerlo, en el supuesto de no poder, espero encontrarme con vosotros la próxima semana.

Y ahora.............


EL ULTIMO VIAJE DEL “DESTINO”

Pedro Fuentes

Capítulo  IX

El viaje a Calpe fue más de lo mismo el primer tramo, luego empezó a rolar a sur y ya cuando estábamos llegando pasó a oeste, la “la culebrilla” como lo llaman por esta zona, empezaba a aparecer, no habíamos terminado de amarrar y ya teníamos el norte.
Gracia llamó a su hermano y quedó en que bajaría con su mujer y cenaríamos juntos.
Las previsiones de tiempo marcaban un cambio bastante fuerte en el estrecho, lo que indicaba sur en toda la costa de levante, por lo que decidimos alquilar un coche en Calpe para ir hasta el puerto Tomás Maestre, total solamente hay ciento cincuenta y algo kilómetros, podríamos hacer el viaje en un día si el barco en venta no nos terminaba de gustar.
Llamamos al bróker encargado del ketch y quedamos con él para la una, nuestra idea era llegar a las nueve o diez, para ver qué prisa tenían en lavarle la cara antes de que apareciésemos nosotros.
Después de la obligada limpieza y recogida del barco, pasamos nosotros por las duchas y una vez todo y todos en estado de revista, nos fuimos a pasear por el bonito pueblo de Calpe, con sus cuestas y calles estrechas y todo bajo la atenta vigilancia del Peñón de Ifach.
Preguntamos en las oficinas del club por una agencia de coches de alquiler, nos informaron y fuimos a alquilar uno, no hubo ningún problema, cogimos un Seat Ibiza por tres días y prorrogables si acaso hiciese falta.
A las seis y media llegaron Ernesto y su mujer, Ernesto no podía negar que era hermano de Biel, aunque más serio y mayor que él, su mujer algo más joven rondaba  los 35 y era una belleza y muy elegante.
Nos saludaron como si me conociesen de toda la vida, no sé que relación pensaban que teníamos Gracia y yo, pero daban por sentado que éramos una pareja estable y consolidada, en realidad Gracia y yo no habíamos tocado ese tema, solamente lo que nos dijimos en aquel paseo de cala en Pitt, acabábamos de pasar una mala época tanto ella como yo y habíamos decidido olvidar juntos, nos llevamos bien, a ambos lo que nos gusta es navegar, en ese sentido nos compenetramos y nos llevamos muy bien como pareja, si después el tiempo y el roce nos lleva a algo más, bienvenido sea, pero a mí me da mucho miedo, no es que haya tenido grandes relaciones pero las que han sido serias han terminado como ha ido mi vida, el destino me ha arrebatado a la persona amada, no incluyo la última porque en el fondo esa relación no tuvo ni siquiera principio llegué abocado a ella y quizás fue porque por primera vez en mi vida quería huir de la soledad que toda mi vida me acompañó.
Con respecto a Gracia, a veces me da la impresión de que soy para ella un poco el padre con  el que compartía la navegación y al que estaba tan unida.
La velada fue animada, la pasamos muy bien, primero fuimos a tomar una copa en un bar del paseo marítimo y luego, después de una vuelta, volvimos al club náutico en cuyo restaurante estuvimos cenando, tomamos unos entrantes a base de almejas y mejillones y luego pasamos a comer un plato típico de allí a base de pescado, “LLauna de Calpe”. Mercedes, la mujer de Ernesto fue nombrada por su marido conductora y así luego pudimos ir al barco a tomar gin y hierbas de Maó.
Cuando vio Ernesto el Furia 25 alabó nuestro hacer marinero por las travesías que habíamos hecho.
Tan animados estábamos que cuando nos dimos cuenta ya eran la 12, así que nos despedimos y quedamos que a la subida, si pasábamos por Alicante iríamos a verlos y así Gracia vería a los sobrinos, ojitos derecho de ella.
Los acompañamos al coche y luego nos fuimos para el barco con nuestros brazos entrelazados.
A la mañana siguiente, a las siete y media salimos en dirección al Puerto Tomás Maestre en Murcia, paramos cuando ya estábamos cerca de San Javier a tomar un café, entonces nos dimos cuenta de nuestra novatada, acostumbrados a calcular distancias marinas, no nos dimos cuenta de que el Tomás Maestre está al norte de la Manga y por carretera hay que ir hasta el sur para volver a subir por la Manga hasta el norte, donde está el puerto.
En fin, en lugar de dos horas tardamos casi cuatro, llegamos al puerto y estuvimos andando por allí hasta que descubrimos el ketch, le habían lavado la cara, pero se le notaba que había que pulir todo el casco, y a la teka de cubierta  le hacía falta repasar la goma y luego una buena limpieza y quizás pulido para darle aceite y hacerla revivir, por lo demás, se veían en bastante buen estado obenques, candeleros, winch, molinillo del ancla, en fin todos los accesorios exteriores, parecía bien surtido por placas solares, antenas de radio y GPS, Radar, radiobalizas, balsa de salvamento y cualquier cabo de los que hubiese por cubierta, era un ketch de unos 14 metros de eslora mayor y mesana de aluminio lo mismo que las botavaras, la bañera amplia y con dos ruedas de timón se encontraba  delante del palo de mesana, las fundas de las velas se veían nuevas y limpias, lo que hacía presagiar velas bien cuidadas.
Gracia en cuanto vio la inscripción, llamó a Biel para que investigara todos los datos posibles, además, qué casualidad, estaba registrado en Maó y se llamaba “Solitario”.
A la media hora llamó Biel y nos dijo que el barco estaba  “limpio” había sido bandera francesa hasta hacía dos años, una pareja había dejado todo, compraron este barco para irse a dar la vuelta al mundo y lo habían equipado hasta con desalinizadora, grandes depósitos de agua y combustible, una gran nevera y baterías además de las placas solares. El barco estaba despachado como lista 7ª para cinco años, le faltaban tres todavía, pero si yo me hacía con él, habría que pasarlo a lista 6ª, cosa a la que ya se ofreció Biel.
Una vez el barco a punto, hicieron la primera travesía desde Maó hasta el Tomás Maestre, por el camino les pilló una “rasca” de esas que de pronto se forman en el Mediterráneo, cogieron tal miedo que pusieron el barco en venta y se fueron a vivir a casa de los padres de ella en la Costa Brava porque lo habían invertido todo, ahora después de dos años, al ver que era un barco difícil de vender le habían rebajado el precio.
A Gracia el barco le gustó desde el momento que lo vio, lo único a lo que puso peros fue al nombre, ¿Qué pasa?, ¿Es que nadie pone a los barcos nombres bonitos o románticos? No me gusta tanto “Destino” o “Solitario” parece que quieran marcarte un destino. ¿Lo cambiarás si lo compras?
No, cambiarle el nombre a un barco trae mala suerte, le contesté.
También dicen que las mujeres en los barcos traen mala suerte y en eso no has pensado conmigo.
Cuando fuimos a la oficina, sabíamos más del “Solitario” que el vendedor.
Nos presentamos y los tres fuimos a ver el barco.
El barco por dentro estaba muy bien cuidado, era espacioso y todas las maderas interiores eran nobles y con un brillo extraordinario.
Al entrar desde la bañera solamente había una puerta hacia proa, por lo que a las cabinas de popar se pasaba por el interior.
La entrada era a un gran salón comedor, cocina y un puente de mando interior, estaba dotado el barco de todo, la cocina con horno y microondas, una gran nevera, dos pocillos en el fregadero, a continuación, hacia proa un asiento delante del puesto de mando, bajo él un mueble bar, el timón y todo tipo de aparatos, radio, sonda, GPS, sonda, un cuadro de luces y fusibles que controlaban todo el barco, a la izquierda una puerta que conduce a proa, donde hay, después de bajar dos escalones, a estribor un armario por el que se puede acceder  a una galería de cables posterior a los cuadros del puesto de piloto, a babor un cuarto de baño con ducha y más a proa dos literas en forma de V amplias, de unos 90 x 180 cm. Al otro lado de la puerta de proa, a estribor está la mesa de cartas, abatible sobre un gran cajón en el que entran cartas, libros, portulanos, estuche de compases de puntas, reglas, etc. A continuación, a la espalda del asiento de la mesa de cartas hay un sofá en forma de L que rodea una mesa de 160 cm. Como la bañera está 90 cm más alta que la cubierta principal y encima del salón, los laterales tienen unas grandes ventanas con cristales practicables que dan luz y aire a todo el barco, además de las ventanillas rectangulares de cada camarote o lavabo. Al lado de la puerta de salida a la bañera, hay otra que lleva a los camarotes de popa bajando dos escalones, a babor un gran armario, a estribor un baño completo y dos camarotes, a ambos costados de dos literas, una puerta más en el pasillo y se entra en un camarote con cama de matrimonio, una mesa que hace las veces también de mesilla de noche, dos sillones en un pequeño salón y un cuarto de baño completo.
Todo parecía en muy buen estado, los techos y ventanas no tenían manchas de humedad ni nada parecido.
Bajo el salón una trampilla practicable llevaba a la sentina Y sala de máquinas donde se aloja un motor Mercedes de 105 CV., se puede acceder a él por todos los costados y a primera vista está perfectamente conservado.
Al bajar he tocado el motor y tubo de escape por ver si tenía calor de haberlo arrancado hacía por lo menos en las últimas 24 horas. Estaba totalmente frío.
En la bañera el equipo de navegación era todo lo completo que el del interior, con repetidores de los de abajo e independientes muchas cosas, como GPS, piloto automático, emisora compás, etc.
¿Lo puedes poner en marcha? Dije
Si, desde luego, me contestó el vendedor.
El motor arrancó perfectamente y yo me fui a fuera para ver la salida de humos y el agua de la refrigeración. Todo correcto, Luego examiné el equipo de velas.
Gracia, que hacía creer que no sabía de barcos, examinaba todos los detalles sin que el vendedor se diera cuenta.
Si el precio es bueno, podemos llegar a un acuerdo, pero antes habría que salir a navegar, sacar el barco a varadero y revisar el casco.
El precio no estaba mal, pero sabiendo lo que sabía sobre la necesidad de vender, le apreté las clavijas bastante, para que ellos pudiesen negociar algo más y ponernos de acuerdo.
El vendedor me dijo que tendría que hablar con el propietario, como si no supiese yo que ya estaba todo hablado entre ellos, los bróker se piensan que todo el que quiere comprar un barco es rico, así que le aclaré que el barco no era para recreo sino para hacer charter.
 Quedaron en decirme algo aquella tarde, así que Gracia y yo nos fuimos a buscar un restaurant para comer y  un hotel para pasar la noche.
¿Te ha gustado el barco?
Si, es muy bonito y muy amplio, pero vas a ser tú quien lo va a pilotar solo, durante el curso escolar y estaré en la escuela en Alayor.
Si, automatizaré alguna cosa y otras me las reenviaré a la bañera para casos de emergencia.
Además, ya sé lo que es llevar un ketch, alguna vez que otra he trasladado barcos a otros sitios, mi experiencia naval es buena, ya lo has visto en lo que llevamos navegado juntos.
A las siete me llamó el vendedor, tenían más ganas de vender que las que yo me imaginaba, bajaros del precio que yo creía que me dirían.
Quedamos para ir el día siguiente a navegar, estupendo, seguía el temporal de levante en el estrecho, lo que allí era un sur de mil demonios.
Cielo, la cosa ha salido mejor de lo que esperaba, mañana a navegar, ¿Querrás seguir haciéndote la tonta o descubrirás tu talante marinero?
Lo que queríamos saber ya lo sabemos, ahora daremos fuego a la máquina hasta asustar al bróker.
A la mañana siguiente nos levantamos tarde, desayunamos opíparamente y luego nos fuimos al puerto, empezaba a levantarse el viento. Cuando llegó el bróker subimos al barco y preparamos la velas, los lazy-bag recogían y guardaban las velas correctamente, al abrir la cremallera comprobamos que éstas habían sido desplegadas e izadas con asiduidad, ya que no presentaban dobleces muy pronunciadas y estaban limpias, lo mismo pasaba con génovas, foques y foque de mesana. El equipo de velas era bueno y abundante, está visto que las gentes que lo compraron se dejaron el dinero en abundancia, las jarcias, tanto la firme como la de labor son de muy buena calidad.
Soltamos amarras y nos dirigimos a motor hasta el puente levadizo para salir a alta mar, fue grato comprobar que la hélice de proa funcionaba correctamente y tenía potencia suficiente.
El rato de espera sirvió para comprobar la electricidad, todo parecía funcionar correctamente y las placas solares mandaban bastante corriente al cargador de baterías, seis de gran potencia, hasta la última bombilla exterior como interior fue probada, en el poco rato que llevábamos en marcha, el congelador de la nevera ya hacía escarcha.
Abrió el puente y pasamos, Gracia llevaba el timón y el vendedor la miraba con un poco de curiosidad y miedo.
Cuando dio la orden de izar velas y puso rumbo al viento, yo me encargué de la mayor, el bróker del génova, luego pasamos al palo de mesana e hicimos la misma operación.
Cuando terminamos, empezamos a cazar velas para la ceñida, el barco se portaba, comenzamos a coger olas por proa y los rociones nos llegaban a la bañera que quedaba muy bien protegida y no habíamos abierto la capota anti rociones. Gracia disfrutaba viendo la cara del vendedor que me miraba a mi como preguntándome cuando le iba a quitar el timón.
Comenzamos a hacer maniobras, nos abrimos un poco más, luego nos fuimos de través, pasamos por la aleta, luego volvimos a ceñir, hicimos una trasluchada, luego seguimos con el través, lo pusimos de empopada y trasluchamos por popa, entonces ya el vendedor se puso nervioso.
Tranquilo, dijo Gracia, esto lo hacía con mi padre con un llaut y vela latina y ahí si te la juegas.
Nació en Menorca y lleva toda la vida navegando, ahora venimos de allí con un Furia 25 en tres días, lo dejamos en Calpe porque vimos la previsión del tiempo, dije.
Después de una hora navegando con fuerza 6 dije:
 Gracia, volvemos, vamos a arriar velas que quiero probar el motor.
De acuerdo, preparaos que me aproo al viento.
Hicimos la maniobra y a medias de ésta Gracia puso el motor en marcha.
Ya a motor bajé a la sentina y comprobé la bocina y si el eje tenía algún desvío.
Llegamos a puerto y le dije a Antonio, el vendedor:
¿Cuándo podemos subir el barco? Si está como pienso, no hará falta ni sacarlo del travelling.
Si llegamos antes de las dos podremos hacerlo, luego habrá que esperar a las cuatro para bajarlo porque el de la grúa se va a comer, cosa que podemos aprovechar nosotros.
Llegamos a tiempo, Antonio llamó a varadero y se prepararon para cuando llegásemos.
El casco estaba perfecto, quité con una navaja un poco de antifuling y vi que tenía una buena capa de imprimación, la orza estaba totalmente limpia y no se veía señal de la junta con el casco.
Bueno, Antonio, me quedo con el barco, vamos a comer y luego firmamos papeles.
¿No quieres ver la documentación?
No hace falta, ya la he visto, me han informado de todo, es bueno tener amigos hasta en el infierno.
Aunque tengo plenos poderes, hay que avisar a los dueños para las escrituras.
¿Viven en la provincia de Barcelona un pueblo tocando con Gerona? ¿Quizás Tordera?
Si, efectivamente, ¿Cómo lo sabes?
Casualidad, mañana o pasado salimos con el Furia hasta Blanes porque lo he vendido y lo tengo que entregar allí, así que te dejaré una paga y señal y calculo que para dentro de una semana, si vienen los propietarios podemos volver a firmar papeles y a llevárnoslo.
Por la tarde firmaron papeles, Ricardo extendió un talón como paga y señal y marcharon hacia Calpe, a donde llegaron con tiempo suficiente para cenar y luego tomarse una botella de Moët & Chandon con fresas en el “Destino”