Y ahora.............
EL ULTIMO VIAJE DEL “DESTINO”
Pedro Fuentes
Capítulo IX
El viaje a Calpe fue más de lo mismo el
primer tramo, luego empezó a rolar a sur y ya cuando estábamos llegando pasó a
oeste, la “la culebrilla” como lo llaman por esta zona, empezaba a aparecer, no
habíamos terminado de amarrar y ya teníamos el norte.
Gracia llamó a su hermano y quedó en que
bajaría con su mujer y cenaríamos juntos.
Las previsiones de tiempo marcaban un
cambio bastante fuerte en el estrecho, lo que indicaba sur en toda la costa de
levante, por lo que decidimos alquilar un coche en Calpe para ir hasta el
puerto Tomás Maestre, total solamente hay ciento cincuenta y algo kilómetros,
podríamos hacer el viaje en un día si el barco en venta no nos terminaba de
gustar.
Llamamos al bróker encargado del ketch y
quedamos con él para la una, nuestra idea era llegar a las nueve o diez, para
ver qué prisa tenían en lavarle la cara antes de que apareciésemos nosotros.
Después de la obligada limpieza y
recogida del barco, pasamos nosotros por las duchas y una vez todo y todos en
estado de revista, nos fuimos a pasear por el bonito pueblo de Calpe, con sus
cuestas y calles estrechas y todo bajo la atenta vigilancia del Peñón de Ifach.
Preguntamos en las oficinas del club por
una agencia de coches de alquiler, nos informaron y fuimos a alquilar uno, no
hubo ningún problema, cogimos un Seat Ibiza por tres días y prorrogables si acaso
hiciese falta.
A las seis y media llegaron Ernesto y su
mujer, Ernesto no podía negar que era hermano de Biel, aunque más serio y mayor
que él, su mujer algo más joven rondaba
los 35 y era una belleza y muy elegante.
Nos saludaron como si me conociesen de
toda la vida, no sé que relación pensaban que teníamos Gracia y yo, pero daban
por sentado que éramos una pareja estable y consolidada, en realidad Gracia y
yo no habíamos tocado ese tema, solamente lo que nos dijimos en aquel paseo de
cala en Pitt, acabábamos de pasar una mala época tanto ella como yo y habíamos
decidido olvidar juntos, nos llevamos bien, a ambos lo que nos gusta es
navegar, en ese sentido nos compenetramos y nos llevamos muy bien como pareja,
si después el tiempo y el roce nos lleva a algo más, bienvenido sea, pero a mí
me da mucho miedo, no es que haya tenido grandes relaciones pero las que han
sido serias han terminado como ha ido mi vida, el destino me ha arrebatado a la
persona amada, no incluyo la última porque en el fondo esa relación no tuvo ni
siquiera principio llegué abocado a ella y quizás fue porque por primera vez en
mi vida quería huir de la soledad que toda mi vida me acompañó.
Con respecto a Gracia, a veces me da la
impresión de que soy para ella un poco el padre con el que compartía la navegación y al que
estaba tan unida.
La velada fue animada, la pasamos muy
bien, primero fuimos a tomar una copa en un bar del paseo marítimo y luego,
después de una vuelta, volvimos al club náutico en cuyo restaurante estuvimos
cenando, tomamos unos entrantes a base de almejas y mejillones y luego pasamos
a comer un plato típico de allí a base de pescado, “LLauna de Calpe”. Mercedes,
la mujer de Ernesto fue nombrada por su marido conductora y así luego pudimos
ir al barco a tomar gin y hierbas de Maó.
Cuando vio Ernesto el Furia 25 alabó
nuestro hacer marinero por las travesías que habíamos hecho.
Tan animados estábamos que cuando nos
dimos cuenta ya eran la 12, así que nos despedimos y quedamos que a la subida,
si pasábamos por Alicante iríamos a verlos y así Gracia vería a los sobrinos,
ojitos derecho de ella.
Los acompañamos al coche y luego nos
fuimos para el barco con nuestros brazos entrelazados.
A la mañana siguiente, a las siete y
media salimos en dirección al Puerto Tomás Maestre en Murcia, paramos cuando ya
estábamos cerca de San Javier a tomar un café, entonces nos dimos cuenta de
nuestra novatada, acostumbrados a calcular distancias marinas, no nos dimos
cuenta de que el Tomás Maestre está al norte de la Manga y por carretera hay
que ir hasta el sur para volver a subir por la Manga hasta el norte, donde está el puerto.
En fin, en lugar de dos horas tardamos
casi cuatro, llegamos al puerto y estuvimos andando por allí hasta que
descubrimos el ketch, le habían lavado la cara, pero se le notaba que había que
pulir todo el casco, y a la teka de cubierta
le hacía falta repasar la goma y luego una buena limpieza y quizás
pulido para darle aceite y hacerla revivir, por lo demás, se veían en bastante
buen estado obenques, candeleros, winch, molinillo del ancla, en fin todos los
accesorios exteriores, parecía bien surtido por placas solares, antenas de
radio y GPS, Radar, radiobalizas, balsa de salvamento y cualquier cabo de los
que hubiese por cubierta, era un ketch de unos 14 metros de eslora mayor
y mesana de aluminio lo mismo que las botavaras, la bañera amplia y con dos
ruedas de timón se encontraba delante
del palo de mesana, las fundas de las velas se veían nuevas y limpias, lo que
hacía presagiar velas bien cuidadas.
Gracia en cuanto vio la inscripción,
llamó a Biel para que investigara todos los datos posibles, además, qué
casualidad, estaba registrado en Maó y se llamaba “Solitario”.
A la media hora llamó Biel y nos dijo que
el barco estaba “limpio” había sido
bandera francesa hasta hacía dos años, una pareja había dejado todo, compraron
este barco para irse a dar la vuelta al mundo y lo habían equipado hasta con
desalinizadora, grandes depósitos de agua y combustible, una gran nevera y
baterías además de las placas solares. El barco estaba despachado como lista 7ª
para cinco años, le faltaban tres todavía, pero si yo me hacía con él, habría
que pasarlo a lista 6ª, cosa a la que ya se ofreció Biel.
Una vez el barco a punto, hicieron la
primera travesía desde Maó hasta el Tomás Maestre, por el camino les pilló una
“rasca” de esas que de pronto se forman en el Mediterráneo, cogieron tal miedo
que pusieron el barco en venta y se fueron a vivir a casa de los padres de ella
en la Costa Brava
porque lo habían invertido todo, ahora después de dos años, al ver que era un
barco difícil de vender le habían rebajado el precio.
A Gracia el barco le gustó desde el
momento que lo vio, lo único a lo que puso peros fue al nombre, ¿Qué pasa?, ¿Es
que nadie pone a los barcos nombres bonitos o románticos? No me gusta tanto
“Destino” o “Solitario” parece que quieran marcarte un destino. ¿Lo cambiarás
si lo compras?
No, cambiarle el nombre a un barco trae
mala suerte, le contesté.
También dicen que las mujeres en los barcos
traen mala suerte y en eso no has pensado conmigo.
Cuando fuimos a la oficina, sabíamos más
del “Solitario” que el vendedor.
Nos presentamos y los tres fuimos a ver
el barco.
El barco por dentro estaba muy bien
cuidado, era espacioso y todas las maderas interiores eran nobles y con un
brillo extraordinario.
Al entrar desde la bañera solamente había
una puerta hacia proa, por lo que a las cabinas de popar se pasaba por el
interior.
La entrada era a un gran salón comedor,
cocina y un puente de mando interior, estaba dotado el barco de todo, la cocina
con horno y microondas, una gran nevera, dos pocillos en el fregadero, a
continuación, hacia proa un asiento delante del puesto de mando, bajo él un
mueble bar, el timón y todo tipo de aparatos, radio, sonda, GPS, sonda, un
cuadro de luces y fusibles que controlaban todo el barco, a la izquierda una
puerta que conduce a proa, donde hay, después de bajar dos escalones, a
estribor un armario por el que se puede acceder
a una galería de cables posterior a los cuadros del puesto de piloto, a
babor un cuarto de baño con ducha y más a proa dos literas en forma de V
amplias, de unos 90 x 180 cm.
Al otro lado de la puerta de proa, a estribor está la mesa de cartas, abatible
sobre un gran cajón en el que entran cartas, libros, portulanos, estuche de
compases de puntas, reglas, etc. A continuación, a la espalda del asiento de la
mesa de cartas hay un sofá en forma de L que rodea una mesa de 160 cm. Como la bañera está 90 cm más alta que la
cubierta principal y encima del salón, los laterales tienen unas grandes
ventanas con cristales practicables que dan luz y aire a todo el barco, además
de las ventanillas rectangulares de cada camarote o lavabo. Al lado de la
puerta de salida a la bañera, hay otra que lleva a los camarotes de popa
bajando dos escalones, a babor un gran armario, a estribor un baño completo y
dos camarotes, a ambos costados de dos literas, una puerta más en el pasillo y
se entra en un camarote con cama de matrimonio, una mesa que hace las veces
también de mesilla de noche, dos sillones en un pequeño salón y un cuarto de
baño completo.
Todo parecía en muy buen estado, los
techos y ventanas no tenían manchas de humedad ni nada parecido.
Bajo el salón una trampilla practicable
llevaba a la sentina Y sala de máquinas donde se aloja un motor Mercedes de 105
CV., se puede acceder a él por todos los costados y a primera vista está
perfectamente conservado.
Al bajar he tocado el motor y tubo de
escape por ver si tenía calor de haberlo arrancado hacía por lo menos en las
últimas 24 horas. Estaba totalmente frío.
En la bañera el equipo de navegación era
todo lo completo que el del interior, con repetidores de los de abajo e
independientes muchas cosas, como GPS, piloto automático, emisora compás, etc.
¿Lo puedes poner en marcha? Dije
Si, desde luego, me contestó el vendedor.
El motor arrancó perfectamente y yo me
fui a fuera para ver la salida de humos y el agua de la refrigeración. Todo
correcto, Luego examiné el equipo de velas.
Gracia, que hacía creer que no sabía de barcos,
examinaba todos los detalles sin que el vendedor se diera cuenta.
Si el precio es bueno, podemos llegar a
un acuerdo, pero antes habría que salir a navegar, sacar el barco a varadero y
revisar el casco.
El precio no estaba mal, pero sabiendo lo
que sabía sobre la necesidad de vender, le apreté las clavijas bastante, para
que ellos pudiesen negociar algo más y ponernos de acuerdo.
El vendedor me dijo que tendría que
hablar con el propietario, como si no supiese yo que ya estaba todo hablado
entre ellos, los bróker se piensan que todo el que quiere comprar un barco es
rico, así que le aclaré que el barco no era para recreo sino para hacer
charter.
Quedaron en decirme algo aquella tarde, así
que Gracia y yo nos fuimos a buscar un restaurant para comer y un hotel para pasar la noche.
¿Te ha gustado el barco?
Si, es muy bonito y muy amplio, pero vas
a ser tú quien lo va a pilotar solo, durante el curso escolar y estaré en la
escuela en Alayor.
Si, automatizaré alguna cosa y otras me
las reenviaré a la bañera para casos de emergencia.
Además, ya sé lo que es llevar un ketch,
alguna vez que otra he trasladado barcos a otros sitios, mi experiencia naval
es buena, ya lo has visto en lo que llevamos navegado juntos.
A las siete me llamó el vendedor, tenían
más ganas de vender que las que yo me imaginaba, bajaros del precio que yo
creía que me dirían.
Quedamos para ir el día siguiente a
navegar, estupendo, seguía el temporal de levante en el estrecho, lo que allí
era un sur de mil demonios.
Cielo, la cosa ha salido mejor de lo que
esperaba, mañana a navegar, ¿Querrás seguir haciéndote la tonta o descubrirás
tu talante marinero?
Lo que queríamos saber ya lo sabemos,
ahora daremos fuego a la máquina hasta asustar al bróker.
A la mañana siguiente nos levantamos tarde,
desayunamos opíparamente y luego nos fuimos al puerto, empezaba a levantarse el
viento. Cuando llegó el bróker subimos al barco y preparamos la velas, los
lazy-bag recogían y guardaban las velas correctamente, al abrir la cremallera
comprobamos que éstas habían sido desplegadas e izadas con asiduidad, ya que no
presentaban dobleces muy pronunciadas y estaban limpias, lo mismo pasaba con
génovas, foques y foque de mesana. El equipo de velas era bueno y abundante,
está visto que las gentes que lo compraron se dejaron el dinero en abundancia,
las jarcias, tanto la firme como la de labor son de muy buena calidad.
Soltamos amarras y nos dirigimos a motor
hasta el puente levadizo para salir a alta mar, fue grato comprobar que la
hélice de proa funcionaba correctamente y tenía potencia suficiente.
El rato de espera sirvió para comprobar
la electricidad, todo parecía funcionar correctamente y las placas solares
mandaban bastante corriente al cargador de baterías, seis de gran potencia,
hasta la última bombilla exterior como interior fue probada, en el poco rato
que llevábamos en marcha, el congelador de la nevera ya hacía escarcha.
Abrió el puente y pasamos, Gracia llevaba
el timón y el vendedor la miraba con un poco de curiosidad y miedo.
Cuando dio la orden de izar velas y puso
rumbo al viento, yo me encargué de la mayor, el bróker del génova, luego
pasamos al palo de mesana e hicimos la misma operación.
Cuando terminamos, empezamos a cazar
velas para la ceñida, el barco se portaba, comenzamos a coger olas por proa y
los rociones nos llegaban a la bañera que quedaba muy bien protegida y no
habíamos abierto la capota anti rociones. Gracia disfrutaba viendo la cara del
vendedor que me miraba a mi como preguntándome cuando le iba a quitar el timón.
Comenzamos a hacer maniobras, nos abrimos
un poco más, luego nos fuimos de través, pasamos por la aleta, luego volvimos a
ceñir, hicimos una trasluchada, luego seguimos con el través, lo pusimos de
empopada y trasluchamos por popa, entonces ya el vendedor se puso nervioso.
Tranquilo, dijo Gracia, esto lo hacía con
mi padre con un llaut y vela latina y ahí si te la juegas.
Nació en Menorca y lleva toda la vida
navegando, ahora venimos de allí con un Furia 25 en tres días, lo dejamos en
Calpe porque vimos la previsión del tiempo, dije.
Después de una hora navegando con fuerza
6 dije:
Gracia, volvemos, vamos a arriar velas que
quiero probar el motor.
De acuerdo, preparaos que me aproo al
viento.
Hicimos la maniobra y a medias de ésta
Gracia puso el motor en marcha.
Ya a motor bajé a la sentina y comprobé
la bocina y si el eje tenía algún desvío.
Llegamos a puerto y le dije a Antonio, el
vendedor:
¿Cuándo podemos subir el barco? Si está
como pienso, no hará falta ni sacarlo del travelling.
Si llegamos antes de las dos podremos hacerlo,
luego habrá que esperar a las cuatro para bajarlo porque el de la grúa se va a
comer, cosa que podemos aprovechar nosotros.
Llegamos a tiempo, Antonio llamó a
varadero y se prepararon para cuando llegásemos.
El casco estaba perfecto, quité con una navaja
un poco de antifuling y vi que tenía una buena capa de imprimación, la orza
estaba totalmente limpia y no se veía señal de la junta con el casco.
Bueno, Antonio, me quedo con el barco,
vamos a comer y luego firmamos papeles.
¿No quieres ver la documentación?
No hace falta, ya la he visto, me han
informado de todo, es bueno tener amigos hasta en el infierno.
Aunque tengo plenos poderes, hay que
avisar a los dueños para las escrituras.
¿Viven en la provincia de Barcelona un
pueblo tocando con Gerona? ¿Quizás Tordera?
Si, efectivamente, ¿Cómo lo sabes?
Casualidad, mañana o pasado salimos con
el Furia hasta Blanes porque lo he vendido y lo tengo que entregar allí, así
que te dejaré una paga y señal y calculo que para dentro de una semana, si
vienen los propietarios podemos volver a firmar papeles y a llevárnoslo.
Por la tarde firmaron papeles, Ricardo
extendió un talón como paga y señal y marcharon hacia Calpe, a donde llegaron
con tiempo suficiente para cenar y luego tomarse una botella de Moët &
Chandon con fresas en el “Destino”
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