El
Mentalista
Esta Historia también es real, la
población es de la provincia de Gerona, pero al sur, tocando con la provincia
de Barcelona y me sucedió a mí, iban conmigo varios amigos, Paco, Tomás, Ramón
y algún otro que no recuerdo, íbamos con nuestros hijos, tocaban en una banda
de música y cuando llegábamos al sitio donde tocaban, una vez que el director
cogía el mando,
Los padres, para no estorbar, nos
marchábamos a almorzar o a tomar algo, mientras empezábamos.
Los compañeros se quedaron un poco
alejados mientras yo le indicaba al “mentalista”, entonces todavía no era
conocido. Cuando lo vi en televisión y lo reconocí, dije: ¡Es el de Massanas!
Es muy conocido, no diré nombre, pero
hizo el “paripé” de acertar el número de la lotería.
EL MENTALISTA
Pedro Fuentes
Hace unos
cuantos años, unos 25 ó 28 años, mi hijo tocaba en una banda de música infantil
y acudíamos a poblaciones cercanas para amenizar y hacer el pasacalles en
fiestas populares, una mañana, nos tocó ir a una población cercana, donde se
celebraba una fiesta como homenaje a las personas mayores de la localidad, era
un pequeño pueblo lleno de encanto entre las provincias de Barcelona y Gerona
pero de tierra a dentro, a unos 20 kilómetros de la costa.
Normalmente
estos desplazamientos se realizaban en autobús, para evitar que hubiese algún
problema con el traslado de unos cuarenta
músicos menores de 16 años, con ellos íbamos varios padres responsables
de ellos.
Aquella
mañana, cuando llegamos, nos presentamos ante la organización de la fiesta y
dejamos a los chicos con ellos, allí, reunidos, antes de empezar el pasacalle, los llevaron a tomar
algo de desayuno, ya que luego había que acompañar a los ancianos homenajeados
a misa y luego, después del pasacalles, normalmente había alguna actuación y
después de un par de piezas de música, finalizaba la fiesta para nuestros críos, los padres volvíamos a
hacernos cargo de ellos, cogíamos el autobús y nos marchábamos.
Cuando los
padres quedamos libres mientras empezaba la fiesta, nos fuimos andando a un bar
que habíamos visto a la entrada del pueblo, que era muy pequeño, a desayunar.
Justo cuando
habíamos salido de la plaza Mayor, a unos cien metros de ella, un Citroen gris paró a mi lado, iban dos personas, un
hombre conduciendo y una mujer que consultaba un plano. En el asiento de
detrás, pude ver varios planos desplegados más.
La Sra. que
iba de copiloto me preguntó:
Oiga, por
favor, ¿Este es el pueblo que celebran una fiesta para los ancianos? Y que se
llama “no sé qué”.
Si, le
contesté.
¿Y dónde es
la fiesta?
Mire, siga
por esa calle estrecha unos cien metros,
entrará en una plaza y verá al fondo un escenario, allí es le volví a decir.
Menos mal,
ya era hora. Me contestó quitándose un gran peso de encima.
Se hizo el
pasacalle, fueron a misa con los ancianos, salieron de la iglesia y acompañaron
a la comitiva a la plaza Mayor.
Hubo el
discurso de rigor y empezó el espectáculo, el plato fuerte fue un mago y mentalista,
hizo una actuación muy meritoria.
En el colofón final pidió voluntarios para
subir al escenario, entre ellos varios músicos de los mayores.
Allí primero, su ayudante les pidió el carnet
de identidad y les solicitó varios datos sin que el mago se enterase, la
actuación del mago consistía en adivinar todos los datos que la ayudante le
pedía a los voluntarios, incluidos
nombres y datos de carnet que previamente había solicitado.
Nada, ni un solo fallo, una actuación
perfecta, a mi lado, uno de los padres que iban conmigo me dijo:
¿No te gusta?
Le contesté:
¿Te has fijado que el mentalista es el
conductor del coche que se habían perdido y que ni con mapas encontraban el
pueblo?
Años más
tarde una noche viendo la tele lo presentaron como el mejor mentalista de todos
los tiempos.
FIN
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