UNA
HISTORIA DE AMOR
Pedro Fuentes
CAPITULO I
Era Enero de 1.972, cuando Ricardo llegó a
Barcelona, para tomar posesión de su plaza en una multinacional, había
terminado la mili y salía de Madrid donde pasó los mejores años de su vida. Conocía
Cataluña desde el año 67 ya que solía pasar las vacaciones de verano en la
Costa Brava.
En aquellos tiempos, en Cataluña se vivía muy
bien, había un gran ambiente cultural y cosmopolita, nadie era extraño allí.
Ricardo había dejado en Madrid una novia y
esperaban que en un año o año y medio, se reunirían para siempre en Barcelona.
Nada más entrar el primer día en el despacho,
sus ojos se entrecruzaron con los de una muchacha delgadita, pelo corto y
recogido justo por debajo del lóbulo de las orejas donde solo se insinuaban unos
pendientes pequeñitos de oro con coral en el centro, pelirroja y con unos
dientes brillantes que parecían querer salir a sonreír entre unos labios
sonrosados y carnosos,
Con una tez blanca transparente en el que
asomaban unas pecas que le daban un aire infantil, aunque acababa de cumplir
los treinta años. Al cruzarse las miradas, su palidez se convirtió en un rojo
escarlata como su pelo rizado.
Cuando se dio cuenta, bajó la mirada e hizo
que trabajaba.
Ricardo, en ese mismo momento, se quedó
ensimismado y no se rompió una rodilla de milagro al chocar con una mesa.
Hubo una risita general y una mirada de dolor
en la cara de ángel de Toñi, que así llamaba la pelirroja de la historia.
A la salida, Ricardo se las arregló para
encontrarse con ella, en realidad salió casi al mismo tiempo pero mientras Toñi
esperaba el ascensor, Ricardo corrió por las escaleras y casi “chocó” con ella
al salir a la calle, con el tiempo, sincerándose entre ellos, resultó una
estrategia a dos bandas en la que cada uno sabía perfectamente dónde y cuándo
se iba a producir en encontronazo.
Le
acompañó a la boca del metro porque hasta allí Ricardo tenía coartada, puesto
que él había encontrado un alojamiento cercano hasta buscar un piso de
alquiler.
Ricardo aquella tarde paseó por el barrio
gótico, oyendo a músicos callejeros, luego cenó cualquier cosa porque no tenía
apetito y se fue al hostal donde residía, pasó la noche dando vueltas en la
cama hasta que llegó la hora de
levantarse para ir a la oficina, nunca había ido tan contento al trabajo.
No era una persona enamoradiza, en realidad,
solamente había estado enamorado una vez, cuando tenía 16 años y conoció a su
primer amor.
Lo de
Mary Paz, su novia de Madrid, era otra cosa, Vivía solo en Madrid, ella era una
amiga de casi toda la vida y habían llegado al noviazgo como algo natural
después de una relación en la que los dos estaban cómodos. Cuando
Ricardo vio por primera vez a Toñi, supo que no podía engañar a Mary Paz y que
tenía que hablar con ella, pero, ¿cómo iba a decirle que al segundo día de
llegar a Barcelona, había visto a una mujer y se había enamorado de ella? Y sin saber siquiera si ella le correspondía.
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